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y en que miles de cuentas contienen en
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la memoria puedes ver en cada historia
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sus paisajes y momentos no tienen
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enciendo el viento se escuchan por los
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senderos try de la tecla hero y en el
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tiempo y lugar para todos los hogares
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que lleven los cuenteros
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cuentan los que lo vieron yo no estaba
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pero me lo dijeron que había una vez una
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astuta pastorcita llamada rosa clemencia
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pero que engañó a unos mercaderes o sea
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a unos comerciantes
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resulta que la rosa clemencia pérez
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vivía con su esposo y lo único que
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tenían era un corderito y un burro pero
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el cordero estaba
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enfermo y el burro
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estaba más viejo que los calzones de su
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abuela pero un día la rosa clemencia
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decidida partió al mercado para
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venderlos y ver si le daban algunas
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monedas por esos animalitos y ahí estaba
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la rosa en el mercado cuando alguien le
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ofreció cuatro monedas por el cordero
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así que quedó feliz la rosa pero el
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burro nadie se lo quería comprar y la
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rosa clemencia miraba el burro y el
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burro la miraba a ella y miraba a la
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rosa al burro y le decía qué vamos a
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hacer contigo burrito pero el burro la
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miraba a ella y parece que como quería
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decirle algo movió la cola y en ese
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mismo momento a la rosa clemencia se le
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ocurrió una idea así que tomó el burrito
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y fuego en el burrito detrás de un árbol
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y allí escondida le dio al burro de
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comer las cuatro monedas que le habían
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dado por el cordero se las mezcló con
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alfalfa y el muro se las comió y ahí
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quedó la rosa clemencia con el burro
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cuando aparecieron por el mercado tres
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mercaderes que eran bien conocido en la
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zona porque eran malos pero malos y
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abusadores con todos los campesinos y
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cuando la vieron ahí tan orgullosa con
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su burro le preguntaron que en cuanto lo
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vendía pero la rosa clemencia dijo que
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no que ya no lo vendía y parece que
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cuando dijo eso le entró el interés a
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los comerciantes que le preguntaron que
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por qué no lo vendía no es que este
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burro muy especial
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especial y que es lo que hace y en ese
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momento la rosa clemencia apretó algún
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ritmo y el burrito se puso nervioso y
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cuando se ponía nervioso se hacía caca
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en ese mismo instante el burro entonces
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se hizo pero en vez de hacer lo que
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todos sabemos le cayó una moneda
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brillante está y todos los mercaderes lo
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miraron y no lo podían creer un burro
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que votaba moneda así que de inmediato
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le ofrecieron a la rosa clemencia cinco
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monedas por el burro sin como ni no si
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este burro me da sin comunidad el día
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diez monedas entonces no
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20 monedas y la rosa clemencia que no
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que no y así van los mercaderes
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subiéndole y subiendo en el precio hasta
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que le ofrecieron doscientas monedas y
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ahí la raza clemencia dijo que ya que
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bueno y los mercaderes tomaron al burro
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y se fueron rápido para que no se fuese
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arrepentir de haberlo vendido la rosa se
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fue feliz de vuelta a su casa contenta
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con las doscientas monedas pero mientras
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iba caminando pensó que a lo mejor los
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mercaderes si van a dar cuenta del
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engaño y ahí se le ocurrió otra cosa se
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acordó que su vecino tenía dos quedan
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iguales idénticos como gemelitos
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entonces fue donde el vecino y le
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ofreció algunas monedas por los dos
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conejos y se fue con ello hasta su casa
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así pasaron unos días andaba la rosa en
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el campo con su oveja cuando un día
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llegó a su casa y su esposo le dijo que
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le habían ido a buscar tres hombres
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parece que eran unos mercaderes le dijo
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el esposo
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y tú qué le dijiste le dije que volviera
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mañana ahí dijo la rosa clemencia ya sé
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lo que vamos a hacer mira si es que
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llegan a venir mañana tú les decir que
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yo ando en el tranque que me vayan a
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buscar allá y apenas se vayan te ponía a
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cocinar una olla grande de cazuela pero
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lo más importante es que cuando yo
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vuelva con ellos tú tengáis el conejito
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al ladito bien al lado no se te vaya a
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escapar de la cocina bueno le dijo el
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marido que la verdad es que no ponía
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mucho en duda la palabra de la rosa
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clemencia sobre todo después de que
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consiguió esa cantidad de monedas
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y al otro día estaba la rosa clemencia
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en el traje que con la oveja cuando de
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repente vio llegar a los mercaderes pero
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esta vez venían rojos de rabia enojados
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con caras de pocos amigos sabemos que no
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engañó campesina y venimos aquí a cobrar
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venganza venganza a haití palabra tan
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fea esa que ocupan ustedes que son unos
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mercaderes tan nobles caballeros de
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respeto no digan eso mire mejor les
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propongo algo porque nos vamos a mi casa
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no comemos una rica cazuelita
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conversamos bien y ahí les cuento todo
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lo del burro la verdad es que los
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mercaderes no querían conversar con ella
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pero ya era un poco tarde y les dio
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hambre esa cazuelita así que aceptaron y
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en ese mismo momento en que los
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mercaderes aceptaron la rosa clemencia
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se acercó a un árbol en donde tenía
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amarradito al otro conejo así que bien
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fuerte para que los mercaderes
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escucharan les dijo
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mira conejo vaya a ir donde mi marido le
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vaya a decir que prepare una olla grande
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de cazuela para mí y para los tres
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mercaderes y también para él o sea para
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cinco personas
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los mercaderes escucharon esto pero no
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le creían nada larrosa clemencia soltó
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al conejito y éste salió corriendo hacia
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cualquier parte pero la verdad es que
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los mercaderes no tenían ni idea pero
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cuando llegaron a la casa hoy estaba el
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marido de la rosa clemencia cocinando
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una olla grande de cazuela y con el
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conejito al lado
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cuando los mercaderes vieron esto
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pensaron tiene un conejo mágico así que
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rápido le dijeron a la rosa clemencia
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que no querían comer ni nada que les
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vendiera el conejo el conejo no es así
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que no lo vendo miren qué es terreno
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bueno para los recados por favor le
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damos vente moneda 20 monedas no
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50 monedas y la rosa clemencia que no
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que no y ahí los mercaderes van subiendo
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y subiendo el precio hasta que llegaron
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a las 300 monedas y ahí la raza
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clemencia dijo que ya que bueno los
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mercaderes se fueron rápido con el
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conejo para que el arroz de clemencia no
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se fuese a arrepentir y ésta pastorcita
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quedó muerta de la risa que se anduvo
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riendo a carcajadas durante días pero
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tanto se rió que se le olvidó que podían
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regresar los mercaderes y efectivamente
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un día andaba la rosa clemencia por el
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tranque y volvieron los tres enojados
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furiosos y le dijeron sabemos que no
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engaño de nuevo con el cuentito del
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conejo así que esta vez no tendremos
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clemencia que que no tendremos clemencia
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me llama no que no tendremos piedad a
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haití expliquen se bien y entonces los
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mercaderes la tomaron las metieron
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adentro de un saco y se la llevaron
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porque tenía la intención de tirarla al
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río se la llevará la corriente no si
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esto hombre eran malos malos yo les
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había dicho y ahí van los tres hombres
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con la rosa clemencia dentro del saco y
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que iba adentro empezó a decir hoy y
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justo me llevan a esta hora yo me iba
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yendo a la casa comiendo unas lentejitas
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si es justo hora de almorzar los hombre
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iban escuchando esto pero no decían ni
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una palabra oigan ya ustedes que comían
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les gusta porque yo tengo un hambre pero
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los mercaderes sin decir ninguna palabra
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hoy qué pena si me tiran por el río no
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voy a poder comer nunca más y eso que
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hoy día en la noche con mi esposo íbamos
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a hacer unos vistos quitó a lo pobre con
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unas papas fritas cebolla frita huevo
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frito y así la rosa de clemencia iba
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todo el camino hablando y hablando de
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comida tanto así que a los mercaderes
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les empezó a entrar un hambre que ya no
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se aguantaron así que decidieron pasar a
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un restaurant a comer algo y dejaron a
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la rosa afuera bien amarrada y ahí
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entraron ellos pero el arroz a clemencia
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que estaba afuera empezó a pensar que
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podía hacer para salir de esta situación
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y mientras pensaba se metió las manos a
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los bolsillos y se dio cuenta que tenía
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un par de monedas entonces empezó a
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gritar soy un saquito de la virtud
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monedas no y en gratitud pero no pasaba
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nada soy un saquito de la virtud una
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edad no y en gratitud hasta que de
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repente pasó por allí una niñita y
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cuando escuchó esto se acercó al saco y
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le dijo saquito dai moneda que tengo que
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hacer para que me dé una idea dentro de
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la rosa clemencia dijo me tienes que
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abrir y lo sabrás entonces la niña abrió
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el saco y de adentro salió la rosa
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clemencia pérez que le dijo que le iba a
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dar unas moneditas si la ayudaba a
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llenar el saco con piedras y ahí entre
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las 2 llenaron el saco lo cerraron bien
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y se fueron los mercaderes cuando
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salieron de comer vieron el saco igual
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que siempre y se lo llevaron hacia el
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río sin sospechar absolutamente nada y
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por ahí lo tiraron
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unas semanas después estaba la rosa
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clemencia en el mercado cuando de
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repente vio por allá a los tres
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mercaderes y no quiso esconderse ni
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salir corriendo sino que se acercó a
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ellos y cuando ellos la vieron
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no lo podían creer en la rosa clemencia
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se acercó a saludarlos y les dijo que
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les quería agradecer porque cuando la
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tiraron por el río se dio cuenta que en
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el fondo había una ciudad hermosa en
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donde vivían unas sirenas pero requiere
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bonita y que tan buenas eran esas
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sirenas que le dieron un montón de
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monedas y les mostró las mismas monedas
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que los mercaderes le habían pagado por
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el burro y por el conejo y cuando los
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mercaderes vieron esto le faltaron
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patitas para correr en dirección hacia
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el río y lanzarse por ahí y cuando la
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rosa clemencia vio esto se fue tranquila
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relajada caminando hasta su casa y así
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vivió feliz por el resto de sus años de
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vida con su ovejita pastoreando y
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disfrutando de esas moneditas que le
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habían llegado y de esos tres mercaderes
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nunca más se supo nada y así vivió
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relajada la rosa clemencia pérez volvió
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alegre a sus quehaceres y a cuidar de su
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rebaño si anduvo en otro
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eso nadie lo asegura más si cede otra
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aventura te lo cuento el otro año
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