INDEPENDENCIAS de AMÉRICA 1 🌎 Independencia de Quito, Venezuela, Colombia, Paraguay y Argentina

La historia inicia con un contexto regional en América entre 1808 y 1816, centrándose en las luchas por la independencia comenzando con la Revolución Haitiana. Haití fue la primera nación de esclavos que se independizó mediante una revolución liderada por Toussaint Louverture. A pesar de que Francia intentó retomar la colonia bajo Napoleón, Jean-Jacques Dessalines continuó la lucha, proclamando el Imperio de Haití. Haití logró su independencia, pero enfrentó divisiones y problemas económicos graves posteriores.

Las independencias en Hispanoamérica fueron impulsadas principalmente por los criollos, en busca de mayores derechos ante la corona española. Sentían que el poder estaba reservado para los nacidos en la península, y los movimientos revolucionarios europeas comenzaron a inspirarlos. Las ideas de autonomía evolucionaron hacia el deseo de independencia impulsadas por el ejemplo de Estados Unidos y la Revolución Francesa. Aparecen figuras como Francisco de Miranda, quien influyó en la creación de logias masónicas para propagar ideales libertarios entre los criollos.

En España, los eventos claves como las abdicaciones de Bayona y la Guerra de la Independencia contra Francia, influyeron en las colonias. La creación de las Cortes de Cádiz, las cuales incluyeron representantes americanos, muestra el deseo de algunos de reorganizar la estructura de gobierno. Sin embargo, la confusión y las noticias poco claras sobre quién gobernaba realmente fortalece la posición de los criollos en las Américas y su deseo de autogobierno.

Los primeros intentos criollos de establecer juntas de gobierno autónomo surgen en América, destacando Nueva Granada y Quito. Estos levantamientos son inicialmente pacíficos, pero la resistencia y represión de los leales a la corona lleva a escaladas violentas. Aunque el deseo de independencia crece, se enfrentan a problemas de lealtades divididas y falta de cohesión política, llevando a reacciones de las autoridades virreinales. El incidente del florero de Llorente es un ejemplo de cómo pequeños conflictos resultaron en grandes movimientos independentistas.

El virreinato de la Plata experimenta diversas luchas internas entre criollos y peninsulares. Levantamientos iniciales en lugares como Chuquisaca y La Paz son reprimidos brutalmente. En Buenos Aires, la Revolución de Mayo de 1810 lleva a la creación de la Junta de Gobierno, compuesta por criollos y peninsulares, marcando un importante paso hacia la independencia. Sin embargo, tensiones internas y luchas por el control de las provincias generan inestabilidad.

La junta de gobierno se encuentra con el desafío de unificar las distintas provincias bajo un mismo movimiento independentista. Controversias regionales y diferencias en ideología política (centralismo versus federalismo) crean conflictos armados entre las provincias. Influencias extranjeras, como la ayuda británica o la oposición portuguesa, complican el panorama. Se desarrollan liderazgos locales como los de Artigas, que actividades en contra del centralismo de Buenos Aires.

Las Provincias Unidas del Río de la Plata enfrentan una guerra interna y externa por el control del territorio. Radicales y moderados se turnan en la dirección del gobierno central, pero las luchas con los de la Liga Federal y las tropas realistas continúan. Surge el directorio en 1814, pero problemas persistentes con los federalistas dificultan la consolidación de la nación. El contexto global y las presiones extranjeras siguen influyendo.