Cien años de soledad - capitulo 15 - Gabriel García Márquez.

La historia se centra en los eventos devastadores en Macondo tras la llegada de un niño ilegítimo, hijo de Meme Buendía. Fernanda del Carpio, la madre de Meme, decide esconder al niño para evitar el escándalo público en medio de una agitación social creciente. Este ambiente de secretos y mentiras respetado también por Aureliano Segundo, el abuelo del niño, y Santa Sofía de la Piedad, quien es convencida de que el niño llegó flotando en una canastilla.

Meme, atrapada por los designios de su madre y con una determinación de silencio absoluto tras la tragedia de Mauricio Babilonia, es llevada en un viaje involuntario que la separa de su antiguo mundo. Fernanda, con la intención de borrar cualquier rastro de deshonra, maquina un plan en el que renuncia a todo vínculo con Meme, sobornando su silencio al ingresar al convento. Meme nunca supera el trauma de la tragedia y tiene que adaptarse a su nuevo entorno, resignada y recordando continuamente a Mauricio Babilonia.

Mientras tanto, Macondo se sumerge en un clima de creciente tensión política y social. La huelga encabezada por trabajadores de la compañía bananera cobra vida con demandas justas ignoradas, lo que pone a José Arcadio Segundo en el centro del conflicto. Las protestas se intensifican y se encuentran con la indiferencia y manipulación de la compañía y el gobierno. Fernanda, ajena a los problemas externos y preocupada solo por las apariencias, mantiene una postura distante incluso frente a las tragedias de la familia Buendía.

Fernanda recibe, bajo extrañas circunstancias, al hijo de Meme, reforzando su deseo de mantener el pasado oculto. La compañía bananera ignora los reclamos legítimos de los trabajadores, quienes merecen mejores condiciones. Mientras tanto, el ambiente en Macondo se torna inestable con la llegada del ejército, determinando el curso de los eventos subsiguientes. Macondo se prepara para enfrentar un cambio irreversible, cada vez más distante de la paz que Úrsula añora.

La represión de la huelga alcanza puntos críticos, y José Arcadio Segundo se enfrenta a una violencia brutal. El ejército mata indiscriminadamente a huelguistas en la estación de tren. A pesar del testimonio de los que vivieron el horror, el gobierno niega todo y manipula la información para eliminar cualquier rastro del incidente. José Arcadio Segundo, traumatizado por la masacre, vive el horror del silencio impuesto por un gobierno que niega la realidad, empujándolo a un destino de clandestinidad en el cuarto de Melquíades.

El gobierno niega la existencia de los huelguistas, elaborando una narrativa ficticia sobre la paz y la satisfacción de los trabajadores. José Arcadio Segundo, refugiado en el cuarto de Melquíades, experimenta una tranquilidad inusitada y se dedica a descifrar los antiguos pergaminos de la familia mientras el pueblo permanece en un silencio forzado bajo una vigilancia severa. Refugiado de la guerra y el gobierno, encuentra un sentido de seguridad inalcanzable en su anterior vida llena de agitación.

La narración destaca cómo la verdad es manipulada por las autoridades y la soledad de José Arcadio Segundo. Resguardado del contacto exterior, él se concentra en los pergaminos y el resguardo que proporciona la casa de los Buendía, mientras afuera, la lluvia y el olvido consumen cualquier intento de recuperación de la memoria histórica de Macondo. Sin embargo, la familia, cada vez más desconectada, continúa sus luchas individuales, con Fernanda aislándose aún más en su realidad autoimpuesta.