Cien años de Soledad capítulo 18

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Summary

TLDREl capítulo narra el encierro de Aureliano en el cuarto de Melquíades, donde estudia infatigablemente antiguos textos y aprende sánscrito. Absorbido por su búsqueda académica, conversa con el espíritu de Melquíades y se ve aislado de su tiempo. La casa Buendía continúa deteriorándose tras la partida de Santa Sofía de la Piedad y la muerte de Fernanda, quien mantiene una desconexión emocional con Aureliano. José Arcadio regresa a la casa, encuentra el tesoro oculto y sueña con huir, pero es asesinado antes de lograrlo. El capítulo también aborda la aparición de Aureliano Amador, un fugitivo que busca refugio en la casa Buendía y es finalmente asesinado por la policía. La narrativa subraya el inevitable ciclo de deterioro y tragedia que afecta a la familia, mientras resalta el tema de una historia que se repite a través de las generaciones.

Takeaways

  • 📜 Aureliano se dedica obsesivamente a estudiar pergaminos.
  • 👻 Conversa con el espíritu de Melquíades en su encierro.
  • 🏚️ La casa Buendía se deteriora tras la partida de Santa Sofía y muerte de Fernanda.
  • 👑 José Arcadio regresa elegante pero termina trágicamente.
  • 🔮 Se revela un tesoro escondido en la casa.
  • 🧒 Unos niños asesinan a José Arcadio al intentar robar el tesoro.
  • 📚 Aureliano continúa descifrando pergaminos antiguos.
  • 🚪 Aureliano Amador, hijo del Coronel, es asesinado al buscar refugio.
  • 🕯️ Fernanda percibe duendes en la casa al final de su vida.
  • 🔄 El ciclo de tragedias de la familia Buendía continúa.

Timeline

  • 00:00:00 - 00:05:00

    Aureliano pasa su adolescencia aislado, absorto en estudiar los antiguos pergaminos y textos de Melquíades, desarrollando un conocimiento medieval pero un completo desconocimiento de su propio tiempo. Es cuidado por Santa Sofía de la Piedad, quien maneja las tareas del hogar incluso después de la muerte de Aureliano II.

  • 00:05:00 - 00:10:00

    Santa Sofía de la Piedad parece insensible a su entorno y adopta un rol silencioso y servicial, ocupándose de la casa e hijos sin reconocimiento. La muerte de Úrsula marca el inicio de la decadencia en la casa, y sin ayuda, su energía comienza a agotarse mientras la naturaleza se apodera del lugar.

  • 00:10:00 - 00:15:00

    Santa Sofía de la Piedad enfrenta sola la invasión de la naturaleza en la casa, mientras Fernanda, ajena a la situación, sigue escribiendo cartas a sus hijos. Finalmente, Santa Sofía abandona la casa en busca de un refugio indefinido, y nunca más se vuelve a saber de ella.

  • 00:15:00 - 00:20:00

    Fernanda queda sola y al principio lucha por manejar la casa. Aureliano se convierte en el encargado de cocina y limpieza, manteniendo una especie de convivencia solitaria. Fernanda, paranoica por apariciones y desapariciones de objetos, llega a la conclusión de la presencia de duendes en la casa.

  • 00:20:00 - 00:25:00

    Aureliano busca el permiso de Fernanda para salir a buscar libros, pero ella, en un estado nostálgico, lo rechaza. Él sigue su vida monótona, centrado en los pergaminos y evita salir al mundo exterior, quedando atrapado en la rutina de su aislamiento.

  • 00:25:00 - 00:30:00

    José Arcadio regresa, y aunque aparentemente distante y triste, toma el control de la casa. Vive separado de Aureliano, quien sigue absorto en sus textos. José Arcadio finalmente encuentra el tesoro escondido y transforma la casa en un lugar de decadente extravagancia.

  • 00:30:00 - 00:35:00

    La relación de mutuo respeto entre Aureliano y José Arcadio les permite soportar la casa decadente. José Arcadio, incapaz de escapar de su destino, vive entre lujos mientras Aureliano sigue su vida dedicada a los pergaminos. El pasado y la herencia familiar los mantiene ligados.

  • 00:35:00 - 00:42:59

    El regreso de Aureliano Amador marca una trágica secuencia de eventos cuando, después de ser rechazado, es asesinado al salir de la casa. José Arcadio, buscando finalizar un nuevo capítulo de su vida, es abruptamente asesinado por los niños que solía acoger.

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Faqs

  • ¿Qué estudia Aureliano en el cuarto de Melquíades?

    Aureliano estudia pergaminos, libros medievales y aprende sánscrito.

  • ¿Con quién conversa Aureliano durante su encierro?

    Aureliano conversa con el espíritu de Melquíades.

  • ¿Cómo reacciona Santa Sofía de la Piedad ante el desorden de la casa?

    Santa Sofía lucha infructuosamente contra el deterioro de la casa hasta que decide irse.

  • ¿Por qué se siente humillada Fernanda al morir José Arcadio?

    Fernanda siente humillación al depender de la caridad de Petra Cotes, quien envía víveres a la casa.

  • ¿Cómo se describe la apariencia de José Arcadio al regresar?

    José Arcadio es descrito como idéntico a su madre, elegante pero melancólico.

  • ¿Qué sucede con los pergaminos y el tesoro al final del capítulo?

    José Arcadio encuentra el tesoro pero es asesinado por unos niños antes de poder huir, mientras Aureliano sigue descifrando los pergaminos.

  • ¿Quién llega a la casa buscando refugio y qué sucede con él?

    Aureliano Amador, un hijo del Coronel Aureliano Buendía, busca refugio pero es asesinado por la policía.

  • ¿Qué percepción tiene Fernanda de la casa antes de morir?

    Fernanda cree que la casa está llena de duendes porque los objetos cambian de lugar sin explicación.

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    capítulo 18 Aureliano no abandonó en
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    mucho tiempo el cuarto de melquiade se
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    aprendió de memoria las leyendas
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    fantásticas del libro desencuadernado la
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    síntesis de los estudios de harmand el
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    tullido los apuntes sobre la ciencia
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    demonológica las claves de la piedra
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    filosofal la centurias de nuestra damus
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    y sus investigaciones sobre la peste de
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    modo que llegó a la adolescencia sin
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    saber nada de su tiempo pero con los
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    conocimientos básicos del hombre
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    medieval
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    a cualquier hora que entrara en el
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    cuarto Santa Sofía de La Piedad lo
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    encontraba absorto en la lectura le
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    llevaba al amanecer un tazón de café sin
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    azúcar y al mediodía un plato de arroz
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    contra jalas de plátano fritas que era
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    lo único que se comía en la casa después
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    de la muerte de Aureliano II
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    se despreocupaba por cortar Se
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    preocupaba por cortarle el pelo por
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    sacarle las liendres por adaptarle la
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    ropa vieja que encontraba en baúl les
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    olvidados y cuando empezó a despuntarle
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    El bigote le llevó la navaja Barbera y
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    la totumita para la espuma del Coronel
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    Aureliano Buendía Ninguno de los hijos
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    de este se le pareció tanto ni siquiera
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    Aureliano José sobre todo por los
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    pómulos pronunciados y la línea resuelta
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    y un poco despiadada de los labios
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    como le ocurrió a Úrsula con Aureliano
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    segundo cuando este estudiaba en el
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    cuarto Santa Sofía de La Piedad creía
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    que Aureliano hablaba solo en realidad
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    conversaba con melquiades un mediodía
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    ardiente Poco después de la muerte de
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    los gemelos vio contra la reverberación
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    de la ventana al anciano lúgubre con el
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    sombrero de alas de Cuervo como la
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    materialización de un recuerdo que
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    estaba en su memoria desde mucho antes
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    de nacer
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    Aurelia no había terminado de clasificar
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    el alfabeto de los pergaminos Así que
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    cuando me liquidez le preguntó si había
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    descubierto en Qué lengua estaban
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    escritos él no vaciló para contestar en
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    sánscrito dijo melquiades Le reveló que
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    sus oportunidades de Volver al cuarto
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    estaban contadas pero se iba tranquilo a
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    las praderas de la muerte definitiva
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    porque Aureliano tenía tiempo de
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    aprender el sánscrito en los años que
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    faltaban para que los pergaminos
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    cumplieran un siglo y pudieran ser
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    descifrados
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    fue él quien le Indicó que en el
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    callejón que terminaba en el río y donde
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    en los tiempos de la compañía bananera
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    se adivinaba el porvenir y se
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    interpretaba los sueños un sabio Catalán
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    tenía una tienda de libros Donde había
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    un sánscrito primera que sería devorado
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    por las polillas seis años después si él
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    no se apresuraba a comprarlo
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    por primera vez en su larga vida Santa
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    Sofía de La Piedad dejó traslucir un
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    sentimiento y era un sentimiento de
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    estupor cuando Aureliano le pidió que le
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    llevara el libro que había de encontrar
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    entre la Jerusalén libertada y los
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    poemas de Milton en el extremo derecho
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    del segundo renglón de los anaqueles
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    como no sabía leer se aprendió de
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    memoria la parrafada y consiguió el
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    dinero con la venta de uno de los 17
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    pescaditos de oro que quedaban en el
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    taller y que solo ella y Aurelia no
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    sabían dónde los habían puesto la noche
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    en que los soldados registraron la casa
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    Aureliano avanzaba en los estudios del
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    sánscrito mientras melquía decida
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    haciéndose cada vez menos asiduo y más
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    lejano esfumándose la claridad radiante
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    del mediodía la última vez que Aureliano
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    lo sintió era apenas una presencia
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    invisible que murmuraba he muerto de
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    fiebre los médanos de Singapur el cuarto
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    se hizo Entonces vulnerable al polvo al
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    calor al comején a las hormigas
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    coloradas a las polillas que habían de
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    convertir en aserrín la sabiduría de los
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    libros y los pergaminos
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    en la casa No faltaba que comer al día
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    siguiente de la muerte de Aureliano José
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    uno de los amigos que habían llevado la
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    corona con la inscripción irreverente le
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    ofreció a Fernanda un dinero que le
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    había quedado debiendo su esposo a
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    partir de entonces un mandadero llevaba
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    todos los miércoles un canasto con cosas
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    de comer y alcanzaban bien para una
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    semana
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    nadie supo nunca que aquellas vituallas
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    las mandaba petracotes con la idea de
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    que la Caridad continuada era una forma
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    de humillar a quien le había humillado
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    sin embargo el rencor se le disipó mucho
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    más pronto de lo que ella misma esperaba
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    Y entonces siguió mandando la comida por
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    orgullo y finalmente por compasión
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    varias veces cuando le faltaron ánimos
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    para vender billetitos y la gente perdió
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    el interés por las rifas se quedó ella
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    sin comer para que comiera Fernanda y no
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    dejó de cumplir el compromiso mientras
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    no vio pasar su entierro para Santa
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    Sofía de La Piedad la reducción de los
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    habitantes de la casa debía haber el
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    descanso a que tenía derecho Después de
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    más de medio siglo de trabajo nunca se
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    le había oído Un lamento aquella mujer
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    sigilosa impenetrable que sembró en la
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    familia los gérmenes angélicos de
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    remedios La bella y la Misteriosa
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    solemnidad de José Arcadio II que
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    consagró toda una vida de soledad y
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    silencio a la crianza de unos niños que
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    apenas sí recordaban que eran sus hijos
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    y sus nietos
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    y que se ocupó de Aureliano como si
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    hubiera salido de sus entrañas sin saber
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    ella misma que era su bisabuela
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    solo en una casa como aquella era
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    concebible que hubiera dormido siempre
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    en un petate que tendí en el piso del
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    granero entre el estrépito nocturno de
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    las ratas y sin haberle contado a nadie
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    que una noche la despertó la pavorosa
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    sensación de que alguien estaba mirando
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    en la oscuridad y era que una víbora se
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    deslizaba por su vientre
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    ella sabía que si se lo hubiera contado
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    a Úrsula la habría puesto a dormir en su
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    propia cama pero eran los tiempos en que
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    nadie se daba cuenta de nada mientras no
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    se gritara en el corredor porque los
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    afanes de la panadería los sobresaltos
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    de la Guerra el cuidado de los niños no
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    dejaban tiempo para pensar en la
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    felicidad ajena Petra cotes a quien
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    nunca vio era la única que se acordaba
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    de ella estaba pendiente de que tuviera
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    un buen par de zapatos para salir de que
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    nunca le faltara un traje aún en los
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    tiempos en que hacían Milagros con el
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    dinero de las rifas cuando Fernanda
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    llegó a la casa tuvo motivos para creer
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    que era una sirviente eternizada
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    Y aunque varias veces oyó decir que era
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    la madre de su esposo aquello le
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    resultaba tan increíble que más tardaba
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    en saber lo que en olvidarlo Santa Sofía
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    de La Piedad no pareció molestarse nunca
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    por aquella condición subalterna al
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    contrario se tenía la impresión de que
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    le gustaba andar por los rincones sin
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    una tregua sin un quejido manteniendo
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    ordenada y limpia la inmensa casa donde
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    vivió de este la adolescencia y que
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    particularmente los tiempos de la
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    compañía bananera parecía más un cuartel
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    que un hogar
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    pero cuando murió Úrsula la diligencia
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    inhumana de Santa Sofía de La Piedad su
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    tremenda capacidad de trabajo empezaron
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    a quebrantarse no era solamente que
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    estuviera vieja y agotada sino que la
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    casa se precipitó de la noche a la
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    mañana en una crisis de sensibilidad
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    musgo tierno se trepó por las paredes
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    cuando ya no hubo lugar pelado y los
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    patios la maleza rompió por debajo del
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    cemento del corredor lo resquebrajó como
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    un cristal y salieron por las grietas
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    las mismas florecitas amarillas que casi
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    un siglo Antes había encontrado Úrsula
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    en el vaso donde estaba la dentadura
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    postiza de melquiades
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    sin tiempo ni recursos para impedir los
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    desafueras de la naturaleza Santa Sofía
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    de La Piedad se pasaba el cielo es
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    dormitorios espantando los lagartos que
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    volverían a meterse por la noche
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    una mañana vio que las hormigas
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    coloradas abandonaron los cimientos
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    socavados
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    atravesaron el jardín subieron por el
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    pasamanos donde las begonias habían
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    adquirido un color de tierra y entraron
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    hasta el fondo de la casa trató primero
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    de matarlas con una escoba luego con
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    insecticida Y por último con cal pero el
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    otro día estaba en otra vez en el mismo
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    lugar pasando siempre tenaces e
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    invencibles Fernanda escribiendo cartas
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    a sus hijos no se daba cuenta de la
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    arremetida Incontenible de la
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    destrucción Santa Sofía de La Piedad
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    siguió luchando sola peleando con la
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    maleza para que no entrara en la cocina
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    arrancando de las paredes los porlones
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    de telaraña que se reproducían en pocas
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    horas raspando el comején
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    pero cuando vio que también el cuarto de
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    melquiades estaba te leerañado y
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    polvoriento así lo barriera y se
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    acudiera tres veces al día y que a pesar
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    de su Furia limpiadora estaba amenazado
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    por los escombros y el aire de miseria
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    que solo el coronel Aureliano Buendía y
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    el joven militar habían previsto
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    comprendió que estaba vencida
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    Entonces se puso el gastado traje
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    dominical unos viejos zapatos de Úrsula
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    y un par de medias de algodón que le
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    había regalado amaranta Úrsula e hizo un
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    atadito con las dos o tres mudas que le
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    quedaban me rindo le dijo a Aureliano
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    este es mucha casa para mis pobres
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    huesos
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    Aureliano le preguntó para dónde vi
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    dónde iba y ella hizo un gesto de
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    vaguedad como si no tuviera la menor
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    idea de su destino trató de precisar Sin
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    embargo que iba a pasar sus últimos años
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    con una prima hermana que vivía en
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    riohacha no era una explicación
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    verosímil desde la muerte de sus padres
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    no había tenido contacto con nadie en el
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    pueblo ni recibió cartas ni recados ni
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    se le oyó hablar de pariente al cuno
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    Aureliano le dio 14 pescaditos de oro
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    porque ella Estaba dispuesta dispuesta a
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    irse con lo único que tenía un peso y 25
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    centavos desde la ventana del cuarto él
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    la vio atravesar el patio con su atadito
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    de ropa arrastrando los pies y arqueada
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    por los años y la vio meter la mano por
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    un hueco del portón para ponerla al lado
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    después de haber salido jamás se volvió
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    a saber de ella
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    cuando se enteró de la fuga Fernanda
  • 00:10:07
    despotricó un día entero mientras
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    revisaba baúles cómodas y armarios cosa
  • 00:10:12
    por cosa para convencerse de que Santa
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    Sofía de La Piedad no se había alzado
  • 00:10:16
    con nada
  • 00:10:18
    se quemó los dedos tratando de prender
  • 00:10:20
    un fogón por primera vez en la vida Y
  • 00:10:22
    tuvo que pedirle a Aureliano el favor de
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    enseñarle a preparar el café con el
  • 00:10:27
    tiempo fue él quien hizo los oficios de
  • 00:10:29
    cocina al levantarse Fernanda encontraba
  • 00:10:32
    el desayuno servido y solo volvía a
  • 00:10:34
    abandonar el dormitorio para la
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    comida que Aureliano le dejaba tapada en
  • 00:10:38
    el rescoldo y que ella llevaba a la mesa
  • 00:10:41
    para comérsela en manteles de Lino y
  • 00:10:43
    entre candelabros sentada en una
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    cabecera solitaria al extremo de 15
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    sillas vacías aún en esas circunstancias
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    Aureliano y Fernanda no compartieron la
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    soledad sino que siguieron viviendo cada
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    uno en la suya haciendo la limpieza del
  • 00:10:59
    cuarto respectivo mientras La telaraña
  • 00:11:01
    iba nevando Los rosales tapizando las
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    vigas acolchonando las paredes
  • 00:11:06
    fue por esa época que Fernanda tuvo la
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    impresión de que la casa se estaba
  • 00:11:10
    llenando de duendes
  • 00:11:12
    era como si los objetos sobre todos los
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    de uso diario hubieran desarrollado a la
  • 00:11:18
    Facultad de cambiar de lugar por sus
  • 00:11:20
    propios medios a Fernanda se le iba el
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    tiempo en Buscar Las tijeras que estaba
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    segura de Haber puesto en la cama y
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    después de revolverlo todo las
  • 00:11:30
    encontraba en una repisa de la cocina
  • 00:11:31
    donde creían no haber estado en cuatro
  • 00:11:34
    días de pronto no había un tenedor en la
  • 00:11:37
    gaveta de los cubiertos y encontraba
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    seis en el altar y tres en el lavadero
  • 00:11:42
    aquella caminadera de las cosas era más
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    desesperante cuando se sentaba a
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    escribir el tintero que ponía a la
  • 00:11:49
    derecha aparecía a la izquierda la
  • 00:11:52
    almohadilla del papel secante se le
  • 00:11:54
    perdía y le encontraba dos días después
  • 00:11:56
    debajo de la almohada y las páginas
  • 00:11:59
    escritas a José Arcadio se le confundían
  • 00:12:01
    con las diamanta Úrsula
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    y siempre andaba con la mortificación de
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    haber metido las cartas en sobres
  • 00:12:07
    cambiados como en efecto le ocurrió
  • 00:12:10
    varias veces en cierta ocasión perdió la
  • 00:12:13
    pluma 15 días después se la devolvió el
  • 00:12:16
    cartero que la había encontrado en su
  • 00:12:18
    bolsa y andaba buscando al dueño de casa
  • 00:12:20
    en casa
  • 00:12:22
    al principio ella creyó que eran cosas
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    de los médicos invisibles como la
  • 00:12:27
    desaparición de los pesares y hasta
  • 00:12:29
    empezó a escribirles una carta para
  • 00:12:31
    suplicarles que la dejaran en paz Pero
  • 00:12:33
    había tenido que interrumpirla para
  • 00:12:35
    hacer algo y cuando volvió al cuarto no
  • 00:12:38
    solo no encontró la carta empezada sino
  • 00:12:40
    que olvidó sino que se olvidó del
  • 00:12:43
    propósito de escribirla por un tiempo
  • 00:12:46
    pensó que era Aureliano se dio a
  • 00:12:48
    vigilarlo a poner objetos a su paso
  • 00:12:50
    tratando de sorprenderlo en el momento
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    en que los cambiara de lugar
  • 00:12:55
    pero muy pronto se convenció de que
  • 00:12:57
    Aureliano no abandonaba el cuarto de
  • 00:12:58
    melquiade sino para ir a la cocina o al
  • 00:13:01
    excusado y que no era hombre de burlas
  • 00:13:03
    de modo que terminó por creer que eran
  • 00:13:06
    travesuras de duendes y optó por
  • 00:13:08
    asegurar cada cosa en el sitio donde
  • 00:13:10
    tenía que usarla
  • 00:13:12
    amarró Las tijeras con una larga Pita en
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    la cabecera de la cama
  • 00:13:16
    amarró el plumero y la almohadilla del
  • 00:13:19
    papel secante la pata de la mesa y pecó
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    con goma el tintero en la tabla a la
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    derecha del lugar en que solía escribir
  • 00:13:27
    los problemas no se resolvieron de un
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    día para otro pues a las pocas horas de
  • 00:13:31
    costura ya la pista de Las tijeras no
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    alcanzaba para cortar como si lo estuve
  • 00:13:36
    desde la fueran disminuyendo le ocurría
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    lo mismo con la pita de la pluma y hasta
  • 00:13:41
    con su propio brazo que al poco tiempo
  • 00:13:42
    de estar escribiendo no alcanzaba el
  • 00:13:45
    tintero ni amaranta Úrsula en Bruselas
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    ni José Arcadio en Roma se enteraron
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    jamás de esos insignificantes
  • 00:13:51
    infortunios Fernanda les contaba que era
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    feliz y en realidad lo era justamente
  • 00:13:57
    volca se sentía liberada de todo
  • 00:13:58
    compromiso como si la vida la hubiera
  • 00:14:02
    arrastrado otra vez hasta el mundo de
  • 00:14:04
    sus padres donde no se sufría con los
  • 00:14:06
    problemas diarios porque estaban
  • 00:14:08
    resueltos de antemano en la imaginación
  • 00:14:11
    aquella correspondencia interminable le
  • 00:14:14
    hizo perder el sentido del tiempo sobre
  • 00:14:16
    todo después de que se fue Santa Sofía
  • 00:14:18
    de La Piedad
  • 00:14:19
    se había acostumbrado a llevar la cuenta
  • 00:14:21
    de los días los meses y los años tomando
  • 00:14:24
    como punto de referencia las fechas
  • 00:14:27
    previstas para el retorno de los hijos
  • 00:14:29
    pero cuando estos modificaron los plazos
  • 00:14:31
    una y otra vez las fechas se le
  • 00:14:34
    confundieron los términos se
  • 00:14:36
    traspapelaron y las jornadas se
  • 00:14:38
    parecieron tanto las unas a las otras
  • 00:14:39
    que no se sentían transcurrir el lugar
  • 00:14:42
    de impacientarse experimentaba una onda
  • 00:14:45
    complacencia con la demora no le
  • 00:14:47
    inquietaba que muchos años después
  • 00:14:48
    tienen un cierre las vísperas de sus
  • 00:14:50
    fotos perpetuos o sea arcadios siguiera
  • 00:14:53
    diciendo que esperaba terminar los
  • 00:14:54
    estudios de alta biología para emprender
  • 00:14:56
    los de diplomacia porque ella comprendía
  • 00:14:58
    que era muy alta y empedrada de
  • 00:15:00
    obstáculos la escalera de caracol que
  • 00:15:03
    conducía a la silla de San Pedro en
  • 00:15:05
    cambio el espíritu se le exaltaba con
  • 00:15:08
    noticias que para otros hubieran sido
  • 00:15:10
    insignificantes como aquella de que su
  • 00:15:13
    hijo había visto al papa experimentó un
  • 00:15:16
    gozo similar cuando amaranta Úrsula le
  • 00:15:18
    mandó decir que sus estudios se
  • 00:15:20
    prolongaba más del tiempo previsto
  • 00:15:21
    porque sus excelentes calificaciones le
  • 00:15:24
    habían merecido privilegios que su padre
  • 00:15:26
    no tomó en consideración al hacer las
  • 00:15:28
    cuentas
  • 00:15:29
    habían transcurrido más de tres años
  • 00:15:31
    desde que Santa Sofía de La Piedad le
  • 00:15:34
    llevó la gramática cuando Aureliano
  • 00:15:36
    consiguió Traducir el primer pliego no
  • 00:15:39
    fue una labor inútil pero constituía
  • 00:15:41
    apenas un primer paso en un camino cuya
  • 00:15:43
    longitud era imposible prever porque el
  • 00:15:46
    texto en castellano no significaba nada
  • 00:15:48
    eran versos cifrados
  • 00:15:51
    Aureliano carecía de elementos para
  • 00:15:53
    establecer las claves que le permitieran
  • 00:15:55
    desentrañarlos pero como melquiades le
  • 00:15:58
    había dicho que la tienda del sabio
  • 00:15:59
    Catalán estaba los libros que le harían
  • 00:16:01
    falta para llegar al fondo de los
  • 00:16:03
    pergaminos decidió hablar con Fernanda
  • 00:16:05
    para que le permitiera ir a buscarlos en
  • 00:16:08
    el cuarto devorado por los escombros
  • 00:16:09
    cuya proliferación Incontenible había
  • 00:16:12
    terminado por derrotarlo pensaba en la
  • 00:16:15
    forma más adecuada de formular la
  • 00:16:16
    solicitud se anticipaba a las
  • 00:16:19
    circunstancias calculaba la ocasión más
  • 00:16:21
    adecuada pero cuando encontraba a
  • 00:16:23
    Fernanda retirando la comida del
  • 00:16:24
    rescoldo que era la única oportunidad
  • 00:16:26
    para hablarle la solicitud
  • 00:16:29
    laboriosamente premeditada se le
  • 00:16:31
    atragantaba y se le perdía la voz fue
  • 00:16:34
    aquella la única vez en que la espió
  • 00:16:36
    estaba pendiente de sus pasos en el
  • 00:16:38
    dormitorio la oía ir hasta la puerta
  • 00:16:41
    para recibir las cartas de sus hijos y
  • 00:16:43
    entregarle las suyas al cartero y
  • 00:16:46
    escuchaba hasta muy altas horas de la
  • 00:16:47
    noche el trazo duro y apasionado de la
  • 00:16:49
    pluma en el papel antes de oír el ruido
  • 00:16:52
    del interruptor y el murmullo de las
  • 00:16:55
    oraciones en la oscuridad
  • 00:16:57
    solo entonces se dormía confiando en que
  • 00:17:00
    el día siguiente le daría la oportunidad
  • 00:17:02
    esperada se ilusionó tanto con la idea
  • 00:17:05
    de que el permiso no le sería negado que
  • 00:17:08
    una mañana se cortó el cabello que ya le
  • 00:17:10
    daba a los hombros se afeitó la barba
  • 00:17:12
    enmarañada se puso unos pantalones
  • 00:17:14
    estrechos y una camisa de cuello postizo
  • 00:17:17
    que no sabía de quién había heredado y
  • 00:17:19
    esperó en la cocina a que Fernanda fuera
  • 00:17:21
    a desayunar no llegó a la mujer de todos
  • 00:17:24
    los días la de la cabeza alzada y la
  • 00:17:27
    andadura patria sino una anciana de una
  • 00:17:30
    hermosura sobrenatural con una
  • 00:17:32
    amarillenta capa de armiño una corona de
  • 00:17:35
    cartón dorado y la conducta lánguida de
  • 00:17:37
    quien ha llorado en secreto en realidad
  • 00:17:39
    desde que lo encontró en los baúles de
  • 00:17:42
    Aureliano segundo Fernanda se había
  • 00:17:44
    puesto muchas veces en la polillado
  • 00:17:46
    vestido de reina cualquiera que la
  • 00:17:48
    hubiera visto frente al espejo éxtasiada
  • 00:17:51
    en sus propios ademanes monárquicos
  • 00:17:53
    habría podido pensar que estaba loca
  • 00:17:55
    pero no lo estaba simplemente había
  • 00:17:58
    convertido los atuendos reales en una
  • 00:18:00
    máquina de recordar la primera vez que
  • 00:18:03
    se los puso no pudo evitar que se le
  • 00:18:05
    formara un nudo en el corazón y que los
  • 00:18:07
    ojos se le llenaran de lágrimas porque
  • 00:18:09
    en aquel instante volvía a percibir el
  • 00:18:11
    olor de betún de las botas del militar
  • 00:18:13
    que fue a buscarla a su casa para hacer
  • 00:18:15
    la reina y el alma se le cristalizó con
  • 00:18:17
    la nostalgia de los sueños perdidos se
  • 00:18:20
    sintió vi tan vieja tan acabada tan
  • 00:18:22
    distante de las mejores horas de su vida
  • 00:18:24
    que Inclusive añoró la que recordaba
  • 00:18:27
    como las peores y solo entonces
  • 00:18:29
    descubrió cuánta falta hacían las
  • 00:18:31
    ráfagas de orégano en el corredor y el
  • 00:18:32
    vapor de Los rosales al atardecer y
  • 00:18:34
    hasta la naturaleza vestía de los
  • 00:18:36
    advenedizos su corazón de ceniza
  • 00:18:38
    apelmazada que había resistido sin
  • 00:18:41
    quebrantos a los golpes más certeros de
  • 00:18:43
    la realidad cotidiana se desmoronó a los
  • 00:18:45
    primeros embates de la nostalgia
  • 00:18:48
    la necesidad de sentirse triste se le
  • 00:18:51
    iba convirtiendo en un vicio a medida
  • 00:18:53
    que la devastaba los años se humanizó en
  • 00:18:56
    la soledad sin embargo la mañana en que
  • 00:18:59
    entró en la cocina y se encontró con una
  • 00:19:00
    taza de café que le ofrecía un
  • 00:19:02
    adolescente ocio y pálido con un
  • 00:19:04
    resplandor alucinado en los ojos la
  • 00:19:07
    desgarró el zarpazo del ridículo No solo
  • 00:19:10
    le negó el permiso sino que desde
  • 00:19:12
    entonces cargó las llaves de la casa en
  • 00:19:14
    la bolsa donde guardaba los pesarios sin
  • 00:19:16
    usar era una precaución inútil porque de
  • 00:19:21
    haberlo querido Aureliano habría podido
  • 00:19:22
    escapar y hasta volver a casa sin ser
  • 00:19:25
    visto pero el prolongado cautiverio la
  • 00:19:28
    incertidumbre del mundo el hábito de
  • 00:19:30
    obedecer habían resecado en su corazón
  • 00:19:33
    las semillas de La Rebeldía de modo que
  • 00:19:36
    volvió a su clausura pasando y repasando
  • 00:19:39
    los pergaminos y oyendo hasta muy
  • 00:19:41
    avanzada la noche los sollozos de
  • 00:19:43
    Fernanda en el dormitorio una mañana fue
  • 00:19:46
    como de costumbre aprender el
  • 00:19:48
    y encontró las cenizas apagadas la
  • 00:19:50
    comida que había dejado para ella el día
  • 00:19:53
    anterior Entonces se asomó el dormitorio
  • 00:19:55
    y la vio tendido en la cama tapada con
  • 00:19:58
    la capa de armiño más bella que nunca y
  • 00:20:00
    con la piel convertida en una cáscara de
  • 00:20:02
    Marfil
  • 00:20:04
    cuatro meses después cuando llegó José
  • 00:20:07
    Arcadio la encontró intacta
  • 00:20:10
    era imposible de concebir un hombre más
  • 00:20:12
    parecido a su madre llevaba un traje de
  • 00:20:15
    tafetán luctuoso una camisa de cuello
  • 00:20:17
    redondo y duro y una delgada cinta de
  • 00:20:20
    seda con un lazo en lugar de la corbata
  • 00:20:22
    era líbido lánguido de mirada atónita y
  • 00:20:25
    labios débiles el cabello negro
  • 00:20:27
    ilustrado y liso partido en el centro
  • 00:20:30
    del cráneo por una línea recta y
  • 00:20:32
    hexagüez tenía la misma apariencia
  • 00:20:35
    postiza del pelo de los santos la sombra
  • 00:20:38
    de la barba bien destroncada en el
  • 00:20:39
    rostro de parafina Parecía un asunto de
  • 00:20:42
    la conciencia tenía las manos pálidas
  • 00:20:44
    con armaduras verdes y dedos
  • 00:20:46
    parasitarios y un anillo de oro macizo
  • 00:20:48
    con un ópalo girasol redondo en el
  • 00:20:50
    índice izquierdo cuando le abrió la
  • 00:20:53
    puerta de la calle Aureliano no hubiera
  • 00:20:57
    tenido necesidad de suponer quién era
  • 00:20:59
    para darse cuenta de que venía de muy
  • 00:21:00
    lejos la casa se impregnó a su paso de
  • 00:21:03
    la fragancia de agua Florida que Úrsula
  • 00:21:05
    le echaba en la cabeza cuando era niño
  • 00:21:07
    para poder encontrarlo en las tinieblas
  • 00:21:09
    de algún modo imposible de precisar
  • 00:21:11
    después de tantos años de ausencia José
  • 00:21:14
    Arcadio seguía siendo un niño otoñal
  • 00:21:16
    terriblemente triste y solitario fue
  • 00:21:19
    directamente al dormitorio de su madre
  • 00:21:21
    donde Aureliano había vaporizado
  • 00:21:24
    mercurio durante cuatro meses en el
  • 00:21:26
    atanor del abuelo de su abuelo para
  • 00:21:28
    conservar el cuerpo según la fórmula de
  • 00:21:30
    melquiades José Arcadio no hizo ninguna
  • 00:21:33
    pregunta le dio un beso en la frente al
  • 00:21:37
    cadáver
  • 00:21:37
    le sacó de debajo de la falda a la
  • 00:21:40
    faltriquera de jareta Donde había tres
  • 00:21:42
    pessarios todavía sin usar y la llave
  • 00:21:44
    del ropero hacía todo con ademanes
  • 00:21:47
    directos y decididos en contraste con su
  • 00:21:49
    languidez
  • 00:21:51
    sacó del ropero un cofrecito
  • 00:21:53
    tamasquinado con el escudo familiar y
  • 00:21:56
    encontró en el interior perfumado de
  • 00:21:59
    sándalo la carta voluminosa en que
  • 00:22:01
    Fernanda desahogó el corazón de las
  • 00:22:03
    incontables verdades que le había
  • 00:22:05
    ocultado la leyó de pie con avidez pero
  • 00:22:08
    sin ansiedad y en la tercera página se
  • 00:22:10
    detuvo y examinó Aureliano con una
  • 00:22:12
    mirada de segundo reconocimiento
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    Entonces dijo con una voz que tenía algo
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    de navaja de afeitar tú eres El bastardo
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    soy Aureliano Buendía Vete a tu cuarto
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    dijo José Arcadio
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    Aurelia no se fue y no volvió a salir ni
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    siquiera por curiosidad cuando oyó el
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    rumor de los funerales solitarios a
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    veces desde la cocina veía a José
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    Arcadio deambulando por la casa
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    ahogándose en su respiración anhelante y
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    seguía escuchando sus pasos por los
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    dormitorios en ruinas después de la
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    medianoche
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    no oyó su voz en muchos meses no solo
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    porque josé Arcadio no le dirigía la
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    palabra sino porque él no tenía deseos
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    de que ocurriera ni tiempo de pensar en
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    nada distinto de los pergaminos
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    a la muerte de Fernanda había sacado el
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    penúltimo pescadito y había ido a la
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    librería del sabio Catalán en busca de
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    los libros que le hacían falta no le
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    interesó nada de lo que había en el
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    trayecto porque acaso carecía de
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    recuerdos para comparar y las calles
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    desiertas y las casas desoladas eran
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    iguales a como los había imaginado en un
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    tiempo en que hubiera dado el alma por
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    conocerlas se había concedido a sí mismo
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    el permiso que le negó Fernanda y solo
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    por una vez con un objetivo único y por
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    el tiempo mínimo indispensable Así que
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    recorrió sin pausa las 11 cuadras que
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    separaban la casa del callejón Donde
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    antes se interpretaba los sueños y entró
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    a cesando en el abigarrado y sombrío
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    local donde apenas había espacio para
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    moverse más que una librería aquella
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    Parecía un basurero de libros usados
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    puestos en desorden en los estantes
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    mellados por el comején
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    en los rincones amenazados de telaraña y
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    aún en los espacios que debieron
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    destinarse a los pasadizos en una larga
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    mesa también agobiada de mamotretos El
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    propietario escribía una prosa
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    incansable con una caligrafía morada un
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    poco delirante y en hojas suelta este
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    cuaderno escolar tenía una hermosa
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    cabellera plateada que se le adelantaba
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    en la frente como el penacho de una
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    cacatúa y sus ojos azules vivos y
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    estrechos revelaban la mansedumbre del
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    hombre que ha leído todos los libros
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    estaba en calzoncillos empapado en sudor
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    y no desatendió la escritura para ver
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    quién había llegado aureliana no tuvo
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    dificultad para rescatar de entre aquel
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    desorden de fábula los cinco libros que
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    buscaba pues estaban en el lugar Exacto
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    que le indicó melquiades sin decir una
  • 00:24:41
    palabra se los entregó junto con el
  • 00:24:43
    pescadito de oro al sabio Catalán y este
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    los examinó y sus párpados se
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    contrajeron como dos almejas
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    debes estar loco dijo en su lengua
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    alzándose de hombros y le devolvió a
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    Aureliano II los cinco libros y el
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    pescadito
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    Llévatelos dijo en castellano el último
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    hombre que leyó esos libros debió ser
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    Isaac El Ciego así que piensa bien lo
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    que haces
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    José Arcadio restauró el dormitorio de
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    meme mandó limpiar y remendar las
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    cortinas de terciopelo y el Damasco del
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    baldaquín de la cama virreinal Y puso
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    otra vez en servicio el baño abandonado
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    cuya alberca de cemento estaba renegrida
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    por una nata fibrosa y áspera a Esos dos
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    lugares se redujo su imperio de
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    pacotilla de gastados géneros exóticos
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    de perfumes falsos y pedrería barata lo
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    único que pareció estorbarle en el resto
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    de la casa fueran los santos del altar
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    doméstico que una tarde que muestra
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    convertirlos en ceniza en una hoguera
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    que prendió en el patio
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    dormía hasta después de las 11 iba al
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    baño con una deshilachada túnica de
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    dragones dorados y unas chinelas de
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    borlas amarillas
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    y allí oficiaba un Rito que por su
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    parsimonia y duración recordaba el de
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    remedios la bella antes de bañarse
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    aromaba la alberca con las sales que
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    llevaba en tres pomos a la brasa al
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    abarastrados no se hacía abluciones con
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    la totuma sino que se zambullía en las
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    aguas fragantes y permanecía hasta dos
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    horas flotando boca arriba adormecido
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    por la frescura y por el recuerdo de
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    amaranta a los pocos días de haber
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    llegado abandonó el vestido de tafetán y
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    además de ser demasiado caliente para el
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    pueblo era el único que tenía y lo
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    cambió por unos pantalones ajustados muy
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    parecidos a los que usaba Pietro Crespo
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    en las clases de baile y una camisa de
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    seda tejida con el gusano vivo y con sus
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    iniciales bordadas en el corazón
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    dos veces por semana lavaba la muda
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    completa en la alberca y se quedaba con
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    la túnica hasta que se secaba pues no
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    tenía nada más que ponerse nunca comía
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    en la casa
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    salía a la calle cuando aflojaba el
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    calor de la siesta y no regresaba hasta
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    muy entrada la noche entonces continuaba
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    su deambular angustioso respirando como
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    un gato y pensando en amaranta ella y la
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    mirada espantosa de los santos en el
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    fulgor en el fulgor de la lámpara
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    nocturna eran los dos recuerdos que
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    conservaba de la casa
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    muchas veces en el alucinante agosto
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    Romano había abierto los ojos en mitad
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    del sueño y había visto a amaranta
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    surgiendo de un estanque de mármol
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    brocatel con sus pollerines de encaje y
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    su venda en la mano y vializada por la
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    ansiedad del exilio
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    al contrario de Aureliano José que trató
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    de sofocar aquella imagen en el Pantano
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    sangriento de la guerra él trataba de
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    mantenerla Viva en un senegal de
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    concupiscencia mientras entretenía a su
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    madre con la patraña sin término de la
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    vocación pontificia
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    ni él ni a Fernanda se les ocurrió
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    pensar nunca que su correspondencia
  • 00:27:50
    fuera un intercambio de fantasías o sea
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    Arcadio que abandonó el seminario Tan
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    pronto como llegó a Roma siguió
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    alimentando la leyenda de la teología y
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    el derecho canónico para no poner en
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    peligro la herencia Fabulosa de que le
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    hablaban las cartas televidentes de su
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    madre y que había de rescatarlo de la
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    miseria y la sordidez que compartía con
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    dos amigos en una buhardilla del
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    trastevere
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    cuando Recibió la última carta de
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    Fernanda dictada por el presentimiento
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    de la muerte inminente metió en una
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    maleta los últimos desperdicios de su
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    falso esplendor y atravesó el océano en
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    una bodega donde los emigrantes se
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    apelotonaban como reses de matadero
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    comiendo macarrones fríos y que eso
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    abusado antes de leer el testamento de
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    Fernanda que no era más que una
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    minuciosa y tardía recapitulación de
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    infortunios
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    ya los muebles desvencijados y la maleza
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    del corredor le habían indicado que
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    estaba metido en una trampa de la cual
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    no saldría jamás para siempre exiliado
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    de la luz de diamante y el aire
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    inmemorial de la primavera romana
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    en los insomnios agotadores del asma
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    medía y volvía a medir la profundidad de
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    su desventura mientras repasaba la casa
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    tenebrosa donde los aspavientos semiles
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    de Úrsula le infundieron el miedo del
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    mundo para estar segura de no perderlo
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    en las tinieblas ella le había asignado
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    un rincón del dormitorio el único donde
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    podría estar a salvo de los muertos que
  • 00:29:21
    deambulaban por la casa desde el
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    atardecer cualquier cosa mala que hagas
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    le decía Úrsula me la dirán los santos
  • 00:29:29
    las noches pavidas de su infancia se
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    redujeron a ese Rincón donde permanecía
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    inmóvil hasta la hora de acostarse
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    sudando de miedo en un taburete bajo la
  • 00:29:39
    mirada vigilante y glacial de los santos
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    acusetas era una tortura inútil porque
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    ya para esa época él tenía terror de
  • 00:29:47
    todo lo que lo rodeaba y estaba
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    preparado para asustarse de todo lo que
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    encontrara en la vida
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    las mujeres de la calle que echaban a
  • 00:29:55
    perder la sangre las mujeres de la casa
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    que parían hijos con cola de puerco los
  • 00:30:00
    gallos de pelea que provocaba muertes de
  • 00:30:02
    hombres y remordimientos de conciencia
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    para el resto de la vida
  • 00:30:06
    las armas de fuego que con solo tocarlas
  • 00:30:09
    condenaba a 20 años de guerra las
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    empresas desacertadas que solo conducían
  • 00:30:13
    al desencanto y la locura Y todo en fin
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    todo cuanto Dios había creado con su
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    infinita bondad y que el había
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    pervertido Al despertar molido por el
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    torno de las pesadillas la claridad de
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    la ventana y las caricias de amaranta en
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    la alberca y el deleite con que lo
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    empolvaba entre las piernas con una
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    bellota de seda lo liberaban del terror
  • 00:30:36
    hasta Úrsula era distinta bajo la luz
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    radiante del jardín porque allí no le
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    hablaba de cosas de pavor sino que le
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    frotaba los dientes con polvo de Carbón
  • 00:30:44
    para que tuviera La sonrisa radiante de
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    un papa y le cortaba y le puliera uñas
  • 00:30:49
    para que los peregrinos que llegaran a
  • 00:30:51
    Roma de todo el ámbito de la tierra se
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    asombraran de la pulcritud de las manos
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    del Papa cuando les echara la bendición
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    y lo peinaba como un papa y lo ensopaba
  • 00:31:00
    con agua Florida para que su cuerpo y su
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    ropa estuviera en la fragancia de un
  • 00:31:04
    papa en el patio de Castel gandolfo él
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    había visto al papa en un balcón
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    pronunciando el mismo discurso en siete
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    idiomas para una muchedumbre de
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    peregrinos
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    y lo único que en efecto le había
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    llamado la atención era la blancura de
  • 00:31:19
    sus manos que parecían ser que parecían
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    maceradas elegía el resplandor
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    deslumbrante de sus ropas de verano y su
  • 00:31:27
    recóndito válido de agua de Colonia casi
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    un año después del regreso a la casa
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    habiendo vendido para comer los
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    candelabros de plata y la bacinilla
  • 00:31:36
    heráldica que a la hora de la verdad
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    solo tuvo de oro las incrustaciones del
  • 00:31:41
    escudo la única distracción de José arca
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    deberá recoger niños en el pueblo para
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    que jugaran en la casa
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    aparecía con ellos a la hora de la
  • 00:31:49
    siesta y los hacía saltar la cuerda en
  • 00:31:51
    el jardín cantar en el corredor y hacer
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    Maromas en los muebles de la sala
  • 00:31:56
    mientras él iba por entre los grupos
  • 00:31:57
    impartiendo lecciones de buen
  • 00:31:59
    comportamiento
  • 00:32:01
    para esa época había acabado con los
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    pantalones estrechos y la camisa de seda
  • 00:32:05
    Y usaba una muda ordinaria comprada en
  • 00:32:08
    los almacenes de los árabes pero seguía
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    manteniendo manteniendo su dignidad
  • 00:32:12
    lánguida y sus ademanes papales
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    los niños Se tomaron la casa como lo
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    hicieron en el pasado las compañeras de
  • 00:32:21
    meme hasta muy entrada la noche se les
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    oía cotorrear y cantar y bailar
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    zapateados de modo que la casa Parecía
  • 00:32:28
    un internado sin disciplina
  • 00:32:30
    Aureliano no se preocupó de la invasión
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    mientras no fueron a molestarlo en el
  • 00:32:34
    cuarto de melquiades una mañana dos
  • 00:32:37
    niños empujaron la puerta y se
  • 00:32:39
    espantaron ante la visión del hombre
  • 00:32:40
    cochambroso y peludo que seguía
  • 00:32:42
    descifrando los pergaminos en la mesa de
  • 00:32:44
    trabajo no se atrevieron a entrar pero
  • 00:32:47
    siguieron rondando la habitación se
  • 00:32:51
    asomaban cuchicheando por las rendijas
  • 00:32:52
    arrojaban animales vivos por las
  • 00:32:54
    claraboyas y en una ocasión clabetiaron
  • 00:32:57
    por fuerza la puerta y la ventana y
  • 00:33:00
    Aureliano necesitó medio día para
  • 00:33:02
    forzarlas
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    divertidos por la impunidad de sus
  • 00:33:05
    travesuras cuatro niños entraron otra
  • 00:33:08
    mañana en el cuarto mientras Aureliano
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    estaba en la cocina dispuestos a
  • 00:33:12
    destruir los pergaminos pero Tan pronto
  • 00:33:15
    como se apoderaron de los pliegos
  • 00:33:16
    amarillentos una fuerza Angélica los
  • 00:33:19
    levantó del suelo y los mantuvo
  • 00:33:20
    suspendidos en el aire hasta que regresó
  • 00:33:23
    a Aureliano y les arrebató los
  • 00:33:24
    pergaminos desde entonces no volvieron a
  • 00:33:27
    molestarlo
  • 00:33:29
    los cuatro niños mayores que usaban
  • 00:33:31
    pantalones cortos a pesar de que ya
  • 00:33:33
    asomaban a la adolescencia se ocupaban
  • 00:33:36
    de la apariencia personal de José
  • 00:33:37
    Arcadio llegaban más temprano que los
  • 00:33:40
    otros y dedicaban la mañana en afeitarlo
  • 00:33:43
    a darle masajes con toallas calientes a
  • 00:33:46
    cortarle y pulirle las uñas de las manos
  • 00:33:48
    y los pies a perfumarlo con agua Florida
  • 00:33:51
    en varias ocasiones se metieron en la
  • 00:33:53
    alberca para jabonarlo de pies a cabeza
  • 00:33:55
    mientras él flotaba boca arriba pensando
  • 00:33:58
    en amaranta luego lo secaba le empolvaba
  • 00:34:01
    en el cuerpo y lo vestían uno de los
  • 00:34:03
    niños que tenía el cabello rubio y
  • 00:34:05
    Crespo y los ojos de vidrio rosados como
  • 00:34:07
    los conejos solía dormir en la casa
  • 00:34:10
    eran tan firmes los vínculos que lo
  • 00:34:13
    unían a José Arcadio que lo acompañaba
  • 00:34:15
    en sus insomnios diagnóstico sin hablar
  • 00:34:17
    deambulando con él por la casa en
  • 00:34:20
    tinieblas una noche vieron en la alcoba
  • 00:34:23
    donde dormía Úrsula un resplandor
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    amarillo a través del cemento
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    cristalizado como si un sol subterráneo
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    hubiera convertido en vitral el piso del
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    dormitorio No tuvieron que encender el
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    foco les bastó con levantar las placas
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    quebradas del rincón donde siempre
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    estuvo la cama de Úrsula y donde el
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    resplandor era más intenso para
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    encontrar la cripta secreta que
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    Aureliano II se cansó de buscar en el
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    delirio de las excavaciones
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    allí estaban los tres sacos de lonas
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    cerrados con alambre de cobre y dentro
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    de ellos los 7.214 doblones de a 4 que
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    seguían relumbrando como brasas en la
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    oscuridad
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    el hallazgo del tesoro fue como una
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    deflagración en vez de regresar a Roma
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    con la intempestiva fortuna que era el
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    sueño madurado en la miseria José
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    Arcadio convirtió la casa en un paraíso
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    decadente cambió por terciopelo nuevo
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    las cortinas y el baldaín del dormitorio
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    y les hizo poner baldosas al piso del
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    baño y azulejos a las paredes
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    la alacena del comedor se llenó de
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    frutas azucaradas jamones y encurtidos y
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    el granero en desuso volvió a abrirse
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    para almacenar pinos y licores que el
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    propio José arcadillo retiraba la
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    estación del ferrocarril en cajas
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    marcadas con su nombre una noche él y
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    los cuatro niños mayores hicieron una
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    fiesta que se prolongó Hasta el amanecer
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    A las 6 de la mañana salieron desnudos
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    del dormitorio vacieron la alberca y la
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    llenaron de champaña se zambullaron en
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    bandada nada nadando como pájaros que
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    volaran en un cielo dorado de burbujas
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    fragantes mientras José Arcadio flotaba
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    boca arriba al margen de la fiesta
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    evocando a amaranta con los ojos
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    abiertos permaneció así ensimismado
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    rumiando la amargura de sus placeres
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    equívocos hasta después de que los niños
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    se cansaron y se fueron entropel al
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    dormitorio donde arrancaron las cortinas
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    de terciopelo para secarse y cuartearon
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    en el desorden la luna de Cristal de
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    Roca y desbarataron el baldaquín de la
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    cama tratando de acostarse en tumulto
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    cuando José Arcadio volvió del baño los
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    encontró durmiendo apelotonados desnudos
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    en una alcoba de naufragio
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    enardecido no tanto por los estragos
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    como por el asco y la Lástima que sentía
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    contra sí mismo en el desolado vacío del
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    saturnal
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    de la saturnal se armó con una
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    disciplinas de perrero eclesiástico que
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    guardaba en el fondo del baúl junto con
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    un silicio y otros fierros de
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    mortificación y de penitencia y expulsó
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    a los niños de la casa aullando como un
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    loco y azotandolo sin misericordia como
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    no lo hubiera hecho con una jauría de
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    coyotes quedó demolido con una crisis de
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    asma que se prolongó por varios días y
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    que le dio el aspecto de un agonizante
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    a la tercera noche de tortura vencido
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    por las asfixia fue al cuarto de
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    Aureliano a pedirle el favor de que le
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    compraran una botica cercana unos polvos
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    para inhalar fue así como hizo Aureliano
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    su segunda salida a la calle solo tuvo
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    que recorrer dos cuadras para llegar
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    hasta la estrecha botica de polvorientas
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    vidrieras con pomos de losa marcados del
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    latín donde una muchacha con la sigilosa
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    belleza de una serpiente del Nilo le
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    despachó el medicamento que José Arcadio
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    le había escrito en un papel
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    la segunda visión del pueblo desierto
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    alumbrado apenas por las amarillantas
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    bombillas de las calles No despertó en
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    aurrería no más curiosidad que la
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    primera vez
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    José Arcadio había alcanzado a pensar
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    que había huido Cuando lo vio a aparecer
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    de nuevo un poco anhelante a causa de la
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    prisa arrastrando las piernas que el
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    encierro y la falta de movilidad habían
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    vuelto débiles y torpes eran tan cierta
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    su indiferencia por el mundo que pocos
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    días después José Arcadio viola la
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    promesa que había hecho a su madre y lo
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    dejó en libertad para salir cuando
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    quisiera no tengo nada que hacer en la
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    calle le contestó Aureliano siguió
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    encerrado absorto a los pergaminos que
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    poco a poco iba desentrañando y cuyo
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    sentido sin embargo no lograba
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    interpretar José Arcadio le llevaba al
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    cuarto rebanadas de jamón flores
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    azucaradas que dejaban en la boca un
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    regusto primaveral y en dos ocasiones un
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    vaso de buen vino no se interesó en los
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    pergaminos que consideraba más bien como
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    un entretenimiento esotérico pero le
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    llamó la atención las raras sabiduría y
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    El inexplicable conocimiento del mundo
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    que tenía aquel pariente desolado supo
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    entonces que era capaz de comprender el
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    inglés escrito y que entre pergamino y
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    pergamino había leído de la primera
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    página a la última como si fuera una
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    novela Los seis tomos de la enciclopedia
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    a eso atribuyó al principio el que
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    Aureliano pudiera hablar de Roma como si
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    hubiera vivido allí muchos años pero muy
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    pronto se dio cuenta de que tenía
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    conocimientos que no eran enciclopédicos
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    como los precios de las cosas todo se
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    sabe fue la única respuesta que recibió
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    de Aureliano cuando le preguntó Cómo
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    había obtenido aquellas informaciones
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    Aureliano por su parte se sorprendió de
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    que José arcadiovisto de cerca fuera tan
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    distinto de la imagen que se había
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    formado de él cuando lo veía deambular
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    por la casa Era capaz de reír de
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    permitirse de vez en cuando una
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    nostalgia del pasado de la casa y de
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    preocuparse por el ambiente de miseria
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    en que se encontraba el cuarto de
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    melquiades
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    acercamiento entre dos solitarios de la
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    misma sangre estaba muy lejos de la
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    amistad pero les permitió ambos
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    sobrellevar mejor la insondable soledad
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    que al mismo tiempo lo separaba y los
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    unía José Arcadio pudo entonces acudir a
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    Aureliano para desenredar ciertos
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    problemas domésticos que lo exasperaban
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    Aureliano a su vez podía sentarse a leer
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    en el corredor recibir las cartas tía
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    amaranta Úrsula que seguían llegando con
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    la puntualidad de siempre y usar el baño
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    de donde lo había desterrado José
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    Arcadio desde su llegada Una calurosa
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    madrugada despertaron ambos alarmados
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    por unos Golpes abreviantes en la puerta
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    de la calle era un anciano oscuro con
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    unos ojos grandes y verdes que le daban
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    a su rostro una fosforescencia espectral
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    y con una cruz de ceniza en la frente
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    las ropas en filtrafas los zapatos rotos
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    la vieja mochila que llevaba en el
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    hombro como único equipaje le daban el
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    aspecto de un pordiosero pero su
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    conducta tenía una dignidad que estaba
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    en franca contradicción con su
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    apariencia bastaba con verlo una vez aún
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    en la penumbra de la sala para darse
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    cuenta de que la fuerza secreta que le
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    permitía vivir no era el instinto de
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    conservación sino la costumbre del miedo
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    era Aureliano Amador El Único
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    sobreviviente de los 17 hijos del
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    Coronel Aureliano Buendía que iba
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    buscando una tregua en su larga y
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    azarosa existencia de fugitivo se
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    identificó suplicó que le dieran refugio
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    en aquella casa que en sus noches
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    deparía había evocado como el último
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    reducto de seguridad que le quedaba en
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    la vida pero José Arcadio y Aureliano no
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    lo recordaban creyendo que era un
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    vagabundo lo echaron a la calle en
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    peones ambos vieron Entonces desde la
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    puerta del final de un drama que había
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    empezado desde antes que José Arcadio
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    tuviera uso de razón los agentes de la
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    policía que habían perseguido Aureliano
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    Amador durante años que lo habían
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    rastreado como perros por medio mundo
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    surgieron de entre Los Almendros de la
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    acera opuesta y le hicieron dos tiros de
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    mouser que le penetraron limpiamente por
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    la cruz de ceniza en realidad desde que
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    expulsó a los niños de la casa José
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    Arcadio esperaba noticias de un
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    transatlántico que saliera para Nápoles
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    antes de Navidad
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    se lo había dicho a Aureliano e
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    inclusive había hecho planes para
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    dejarle montado un negocio que le
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    permitiera vivir porque la canastilla de
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    víveres no volvió a llegar desde el
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    entierro de Fernanda sin embargo tampoco
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    aquel sueño final había de cumplirse una
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    mañana de septiembre después de tomar el
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    café con laureliano en la cocina o sea
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    Arcadio estaba terminando su baño diario
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    cuando irrumpieron por entre los
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    portillos de las Tejas los cuatro niños
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    que había expulsado de la casa sin darle
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    tiempo de defenderse se metieron
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    vestidos en la alberca lo agarraron por
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    el pelo y le mantuvieron la cabeza
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    hundida hasta que se suela superficie la
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    borboritación de la agonía y el
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    silencioso y pálido cuerpo de delfín se
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    deslizó hasta el fondo de las aguas
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    fragantes después se llevaron los tres
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    sacos de oro que sólo ellos y sus
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    víctimas sabían dónde estaban escondidos
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    fue una acción tan rápida metódica y
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    brutal que pareció que parecía un asalto
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    de militares Aureliano encerrado en su
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    cuarto no se dio cuenta de nada esa
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    tarde habiéndolo echado de menos en la
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    cocina buscó a José Arcadio por toda la
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    casa y lo encontró flotando en los
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    espejos perfumados de la Alberca enorme
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    y tumefacto Y todavía pensando en
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    amaranta solo entonces comprendió cuánto
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    había empezado a quererlo
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