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Gabriel García Márquez 100 años de
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soledad capítulo 2 cuando El pirata
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francés traca saltó a riohacha en el
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siglo 16 la bisabuela de Úrsula iguarán
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se asustó tanto con el toque de Arrebato
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y el estampido de Los cañones que perdió
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el control de los nervios y se sentó en
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un fogón encendido las quemaduras la
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dejaron convertida en una esposa inútil
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para toda la vida no podía sentarse sino
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de medio lado acomodada en cojines y
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algo extraño debió quedarle en el modo
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de andar porque nunca volvió a caminar
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en público
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renunció A toda clase de hábitos
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sociales obsesionada por la idea de que
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su cuerpo despedía un olor a chamusquina
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el alba la sorprendía en el patio sin
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atreverse a dormir porque soñaba que los
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ingleses con sus feroces perros de
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asaltos se metían por la ventana del
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dormitorio y la sometían avergonzosos
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tormentos con hierros Al rojo vivo
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su marido un comerciante aragonés con
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quien tenía dos hijos se gastó media
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tienda en medicinas y entretenimientos
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buscando la manera de aliviar sus
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terrores por último liquidó el negocio y
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llevó la familia a vivir lejos del mar
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en una ranchería de indios pacíficos
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situada en las estribaciones de la
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Sierra donde le construyó a su mujer un
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dormitorio sin ventanas para que no
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tuvieran por donde entrar los piratas de
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sus pesadillas en La Escondida ranchería
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vivía de mucho tiempo atrás un criollo
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cultivador de tabaco Don José Arcadio
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Buendía con quien el bisabuelo de Úrsula
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estableció una sociedad tan productiva
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que en pocos años hicieron una fortuna
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varios siglos más tarde el tataranieto
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del criollo se casó con la tataranieta
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del aragonés
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Por eso cada vez que Úrsula se salía de
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Casillas con Las locuras de su marido
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saltaba por encima de 300 años de
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casualidades y maldecía la hora en que
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francés trae asaltó a riohacha era un
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simple recurso de desahogo porque en
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verdad estaban ligados hasta la muerte
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por un vínculo más sólido que el amor un
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común remordimiento de conciencia eran
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primos entre Sí habían crecido juntos en
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la antigua ranchería que los antepasados
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de ambos transformaron con su trabajo y
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sus buenas costumbres en uno de los
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mejores pueblos de la provincia Aunque
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su matrimonio era previsible desde que
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vinieron al mundo cuando ellos
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expresaron la voluntad de casarse sus
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propios parientes trataron de impedirlo
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tenían el temor de que aquellos
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saludables Cabos de dos razas
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secularmente entrecruzadas pasaran por
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la vergüenza de engendrar iguanas
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ya existía un precedente tremendo
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una tía de Úrsula casada con un tío de
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José Arcadio Buendía tuvo un hijo que
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pasó toda la vida con unos pantalones
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englobados y flojos y que murió
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desangrado después de haber vivido 42
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años en el más puro estado de virginidad
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porque nació y creció con una cola
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cartilaginosa en forma de tirabuzón y
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con una escobilla de pelos en la punta
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una cola de cerdo que no se dejó ver
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nunca De ninguna mujer y que le costó la
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vida Cuando un carnicero amigo le hizo
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el favor de cortarsela con una chuela de
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destazar José Arcadio Buendía con la
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ligereza de sus 19 años resolvió el
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problema con una sola frase no me
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importa tener cochinitos siempre que
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puedan hablar así que se casaron con una
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fiesta de banda y cohetes que duró tres
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días
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hubieran sido felices desde entonces si
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la madre de Úrsula no la hubiera
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aterrorizado con toda clase de
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pronósticos siniestros sobre su
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descendencia hasta el extremo de
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conseguir que rehusara consumar el
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matrimonio
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teniendo que el corpulento y
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voluntarioso marido la violara dormida
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Úrsula se ponía antes de acostarse un
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pantalón rudimentario que su madre le
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fabricó con lona de velero y reforzado
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con un sistema de correas entrecruzadas
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que se cerraba por delante con una
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gruesa hebilla de hierro así estuvieron
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varios meses durante el día el
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pastoreaba sus gallos de pelea y ella
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bordaba en bastidor con su madre durante
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la noche forcejeaban varias horas con
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una ansiosa violencia que ya Parecía un
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sustituto del acto de amor hasta que la
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intuición popular olfateó que algo
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irregular estaba ocurriendo y soltó el
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rumor de que Úrsula seguía virgen un año
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después de casada porque su marido era
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impotente José Arcadio Buendía fue el
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último Que conoció el rumor Ya ves
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Úrsula lo que anda diciendo la gente le
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dijo a su mujer con mucha calma
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Déjalos que hablen dijo ella
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Nosotros sabemos que no es cierto
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de modo que la situación siguió igual
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por otros seis meses hasta el domingo
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trágico en que José Arcadio Buendía le
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ganó una pelea de gallos a prudencio
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Aguilar
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furioso exaltado por la sangre de su
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animal El perdedor se apartó de José
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Arcadio Buendía para que toda la gallera
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pudiera oír lo que iba a decirle Te
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felicito gritó a ver si por fin ese
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gallo le hace el favor a tu mujer José
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Arcadio Buendía sereno recogió su gallo
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vuelvo enseguida dijo a todos y luego a
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prudencio Aguilar y tú anda a tu casa y
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ármate porque te voy a matar 10 minutos
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después volvió con la lanza cebada de su
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abuelo en la puerta de la gallera donde
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se había concentrado medio pueblo
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prudencio Aguilar lo esperaba
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no tuvo tiempo de defenderse la lanza de
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José Arcadio Buendía arrojada con la
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fuerza de un toro y con la misma
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dirección certera con que el primer
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Aureliano Buendía exterminó a los tigres
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de la región le atravesó la garganta
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esa noche mientras se velaba El cadáver
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en la gallera José Arcadio Buendía entró
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en el dormitorio cuando su mujer se
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estaba poniendo el pantalón de castidad
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blandiendo la lanza frente a ella le
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ordenó quítate eso
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Úrsula no puso en duda la decisión de su
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marido Tú serás responsable de lo que
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pase murmuró José Arcadio Buendía clavó
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la lanza en el piso de tierra si has de
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parir iguanas crearemos iguanas dijo
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pero no habrá más muertos en este pueblo
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por culpa tuya era una buena noche de
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junio fresca y con luna y estuvieron
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despiertos y retozando en la cama hasta
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el amanecer en diferentes al viento que
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pasaba por el dormitorio cargado con el
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llanto de los parientes de prudencio
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Aguilar
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el asunto fue clasificado como un duelo
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de honor pero a ambos les quedó un
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malestar en la conciencia una noche en
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que no podía dormir Úrsula salió a tomar
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agua en el patio y vio a prudencio
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Aguilar junto a la tinaja
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estaba libido con una expresión muy
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triste tratando de segar con un tapón de
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esparto el hueco de su garganta no le
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produjo miedo sino lástima volvió al
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cuarto a contarle a su esposo lo que
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había visto pero él no le hizo caso los
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muertos no salen dijo lo que pasa es que
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no podemos con el peso de la conciencia
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dos noches después Úrsula volvió a ver a
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prudencio Aguilar en el baño lavándose
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con el tapón de esparto la sangre
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cristalizada del cuello otra noche lo
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vio paseándose bajo la lluvia José
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Arcadio Buendía fastidiado por las
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alucinaciones de su mujer salió al patio
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armado con la lanza allí estaba el
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muerto con su expresión triste
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Vete al le gritó José Arcadio
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Buendía Cuántas veces regreses volveré a
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matarte
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prudencio Aguilar no se fue mi José
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Arcadio Buendía se atrevió a arrojar la
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lanza desde entonces no pudo dormir bien
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lo atormentaba la inmensa desolación con
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que el muerto lo había mirado desde la
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lluvia la onda nostalgia con que añoraba
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a los vivos la ansiedad con que
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registraba la casa buscando agua para
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mojar su tapón de esparto debe estar
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sufriendo mucho le decía a Úrsula se ve
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que está muy solo ella estaba tan
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conmovida que la próxima vez que vio al
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muerto destapando las ollas de la
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hornilla comprendió lo que buscaba y
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desde entonces le puso tazones de agua
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por toda la casa una noche en que lo
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encontró lavándose las heridas en su
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propio cuarto José Arcadio Buendía no
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pudo resistir más Está bien prudencio le
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dijo nos iremos de este pueblo lo más
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lejos que podamos y no regresaremos
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jamás ahora vete tranquilo
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fue así como emprendieron la travesía de
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la Sierra varios amigos de José Arcadio
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Buendía jóvenes como él empujados con la
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aventura desmantelaron sus casas y
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cargaron con sus mujeres y sus hijos
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hacia la tierra que nadie les había
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prometido
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antes de partir José Arcadio Buendía
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enterró la lanza en el patio y degolló
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uno tras otro sus magníficos gallos de
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pelea confiando en que en esa forma le
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daba un poco de paz a prudencio Aguilar
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lo único que se llevó Úrsula fue un baúl
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con sus ropas de recién casada unos
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pocos útiles domésticos y el cofrecito
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con las piezas de oro que heredé de su
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padre no se trazaron un itinerario
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definido solamente procuraban viajar en
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sentido contrario al camino de riohacha
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para no dejar ningún rastro ni encontrar
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gente conocida fue un viaje absurdo a
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los 14 meses con el estómago estragado
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por la carne de mico y el caldo de
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culebras Úrsula dio a luz un hijo con
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todas sus partes humanas
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había hecho la mitad del camino en una
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hamaca colgada de un palo que dos
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hombres llevaban en hombros porque la
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hinchazón le desfiguró las piernas y las
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varices se le reventaban como burbujas
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Aunque daba lástima verlos con los
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vientres templados y los ojos lánguidos
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los niños resistieron el viaje mejor que
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sus padres y la mayor parte del tiempo
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les resultó divertido una mañana después
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de casi dos años de travesía fueron los
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primeros mortales que vieron la
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vertiente occidental de la Sierra desde
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la Cumbre nublada contemplaron la
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inmensa llanura acuática de la ciénaga
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Grande explayada Hasta el otro lado del
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mundo pero nunca encontraron el mar una
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noche Después de varios meses de andar
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Perdidos por entre los pantanos lejos ya
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de los últimos indígenas que encontraron
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en el camino acamparon a la orilla de un
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río pedregoso cuyas aguas parecían un
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torrente de vidrio helado años después
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durante la Segunda Guerra Civil el
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coronel Aureliano Buendía trató de hacer
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aquella misma ruta para tomarse a
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riohacha por sorpresa y a los seis días
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de viaje comprendió que era una locura
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sin embargo la noche en que acamparon
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junto al río las huestes de su padre
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Tenían un aspecto de náufrago sin
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escapatoria pero su número había
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aumentado durante la travesía y todos
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estaban dispuestos y lo consiguieron a
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morirse de viejos José Arcadio Buendía
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soñó esa noche que en Aquel lugar se
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levantaba una ciudad ruidosa con casas
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de paredes de Espejo preguntó qué ciudad
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era aquella y le contestaron con un
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nombre que nunca había oído que no tenía
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significado alguno pero que tuvo en el
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sueño una resonancia sobrenatural
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macondo al día siguiente convenció a sus
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hombres de que nunca encontrarían el mar
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les ordenó derribar los árboles para
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hacer un Claro junto al río en el lugar
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más fresco de la orilla y allí fundaron
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la aldea
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José Arcadio Buendía no logró descifrar
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el sueño de las casas con paredes de
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espejos hasta el día en que conoció el
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hielo entonces creyó entender su
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profundo significado
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pensó que en un futuro próximo podrían
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fabricarse bloques de hielo en gran
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escala a partir de un material tan
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cotidiano como el agua y construir con
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ellos Las Nuevas Casas de la aldea
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macondo dejaría de ser un lugar ardiente
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cuyas bisagras y aldaba se torcían de
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calor para convertirse en una ciudad
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invernal si no perseveró en sus
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tentativas de construir una fábrica de
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hielo fue porque entonces estaba
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positivamente entusiasmado con la
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educación de sus hijos en especial la de
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Aureliano que había revelado desde el
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primer momento una rara intuición
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alquímica el laboratorio había sido
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desempolvado
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revisando las notas de melquíades ahora
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serenamente sin la exaltación de la
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novedad en prolongadas y pacientes
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sesiones trataron de separar el oro de
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Úrsula del cascote adherido al fondo del
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caldero
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El joven José Arcadio participó apenas
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en el proceso
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mientras su padre solo tenía cuerpo y
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alma para el atanor el voluntarioso
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primogénito que siempre fue demasiado
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grande para su edad se convirtió en un
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adolescente Monumental cambió de voz el
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gozo se le pobló de un bello incipiente
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una noche Úrsula entró en el cuarto
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cuando él se quitaba la ropa para dormir
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y experimentó un confuso sentimiento de
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vergüenza y Piedad era el primer hombre
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que veía desnudo después de su esposo y
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estaba también equipado para la vida que
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le pareció anormal
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Úrsula en cinta por tercera vez vivió de
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nuevo sus terrores de recién casada por
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aquel tiempo iba a la casa una mujer
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alegre deslenguada provocativa que
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ayudaba en los oficios domésticos y
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sabía leer el porvenir en la baraja
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Úrsula le habló de su hijo
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pensaba que su desproporción era algo
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tan desnaturalizado como la cola de
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cerdo del primo
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la mujer soltó una risa expansiva que
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repercutió en toda la casa como un
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reguero de vidrio al contrario dijo
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será feliz
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para confirmar su pronóstico llevó los
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naipes a la casa pocos días después y se
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encerró con José Arcadio en un depósito
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de granos contiguo a la cocina
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colocó las Barajas con mucha calma en un
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viejo Mesón de carpintería hablando de
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cualquier cosa mientras el muchacho
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esperaba cerca de ella Más aburrido que
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intrigado de pronto extendió la mano y
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lo tocó qué bárbaro dijo sinceramente
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asustada y fue todo lo que pudo decir
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José Arcadio sintió que los huesos se le
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llenaban de espuma que tenía un miedo
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lánguido y unos terribles deseos de
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llorar la mujer no le hizo ninguna
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insinuación pero José Arcadio La siguió
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buscando toda la noche en el olor de
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humo que ella tenía en las axilas y que
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se le quedó metido debajo del pellejo
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quería estar con ella en todo momento
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quería que ella fuera su madre que nunca
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salieran del granero y que le dijera que
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bárbaro Y que lo volviera a tocar y a
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decirle que bárbaro
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un día no pudo soportar más y fue a
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buscarla a su casa
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hizo una visita formal incomprensible
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sentado en las salas sin pronunciar una
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palabra en ese momento no la deseo la
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encontraba distinta enteramente ajena a
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la imagen que inspiraba su olor como si
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fuera otra tomó el café y abandonó la
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casa deprimido esa noche en el espanto
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de la vigilia la volvió a desear con una
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ansiedad brutal Pero entonces no la
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quería como era en el granero sino como
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había sido Aquella tarde días después de
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un modo intempestivo la mujer lo llamó a
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su casa donde estaba sola con su madre y
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lo hizo entrar en el dormitorio con el
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pretexto de enseñarle un truco de
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barajas Entonces lo tocó con tanta
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libertad que él sufrió una desilusión
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después del estremecimiento inicial y
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experimentó más miedo que placer
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ella le pidió que esa noche fuera a
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buscarla él estuvo de acuerdo por salir
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del paso sabiendo que no sería capaz de
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ir pero esa noche en la cama ardiente
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comprendió que tenía que ir a buscarla
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aunque no fuera capaz
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se vistió a tientas oyendo en la
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oscuridad la reposada respiración de su
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hermano la tos seca de su padre en el
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cuarto vecino el asma de las gallinas en
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el patio el zumbido de los mosquitos el
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bombo de su corazón y el desmesurado
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bullicio del mundo que no había
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advertido hasta entonces y salió a la
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calle dormido
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deseaba de todo corazón que la puerta
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estuviera trancada y no Simplemente
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ajustada como ella le había prometido
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pero estaba abierta la empujó con la
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punta de los dedos y los goznes soltaron
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un quejido lúgubre y articulado que tuvo
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una resonancia helada en sus entrañas
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desde el instante en que entró de medio
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lado y tratando de no hacer ruido sintió
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el olor todavía estaba en la salita
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donde los Tres hermanos de la mujer
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colgaban las hamacas en posiciones que
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el ignoraba y que no podía determinar en
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las tinieblas Así que le faltaba
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atravesar la tienditas empujar la puerta
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del dormitorio y orientarse allí de tal
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modo que no fuera a equivocarse de cama
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lo consiguió
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tropezó con los hijos de las hamacas que
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estaban más bajas de lo que él había
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supuesto y un hombre que roncaba hasta
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entonces se revolvió en el sueño y dijo
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con una especie de desilusión era
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miércoles cuando empujó la puerta del
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dormitorio no pudo impedir que raspara
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el desnivel del piso de pronto en la
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oscuridad absoluta comprendió con una
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irremediable nostalgia que estaba
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completamente desorientado en la
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estrecha habitación dormían la madre
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otra hija con el marido y dos niños y la
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mujer que tal vez no lo esperaba habría
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podido guiarse por el olor si el olor no
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hubiera estado en toda la casa tan
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engañoso y al mismo tiempo tan definido
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como había estado siempre en su pellejo
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permaneció inmóvil un largo rato
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preguntándose asombrado como había hecho
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para llegar a ese Abismo de desamparo
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cuando una mano con todos los dedos
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extendidos que tanteaban las tinieblas
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le tropezó la cara
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no se sorprendió porque sin saberlo lo
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había estado esperando
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Entonces se confió a aquella mano y en
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un terrible estado de agotamiento se
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dejó llevar hasta un lugar sin formas
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donde le quitaron la ropa y los
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arandearon como un costal de papas y lo
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voltearon al derecho y al revés en una
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oscuridad insondable en la que le
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sobraban los brazos donde ya no olía más
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a mujer sino a amoníaco y donde trataba
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de acordarse del rostro de ella y se
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encontraba con el rostro de Úrsula
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confusamente consciente de que estaba
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haciendo algo que Desde hacía mucho
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tiempo
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deseaba que se pudiera hacer pero que
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nunca se había imaginado que en realidad
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se pudiera hacer sin saber cómo lo
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estaba haciendo porque no sabía dónde
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estaban los pies sube donde la cabeza ni
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los pies de quien ni la cabeza de quién
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y sintiendo que no podía resistir más el
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rumor glacial de sus riñones y el aire
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de sus tripas y el miedo y el ansia
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atolondrada de huir y al mismo tiempo de
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quedarse para siempre en aquel silencio
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exasperado y aquella soledad espantosa
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se llamaba Pilar ternera
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había formado parte del Éxodo que
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culminó con la fundación de macondo
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arrastrada por su familia para separarla
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del hombre que la violó a los 14 años y
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siguió amándola hasta los 22 pero que
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nunca se decidió a hacer pública la
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situación porque era un hombre ajeno le
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prometió seguirla Hasta el fin del mundo
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pero más tarde cuando arreglara sus
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asuntos y ella se había cansado de
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esperar lo identificandolo siempre con
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los hombres altos y bajos rubios y
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morenos que las Barajas le prometían por
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los caminos de la tierra y los caminos
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del mar para dentro de tres días tres
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meses o tres años
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había perdido en la espera la fuerza de
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los muslos la dureza de los senos el
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hábito de la ternura pero conservaba
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intacta la locura del corazón
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trastornado por aquel juguete prodigioso
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José Arcadio buscó su rastro todas las
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noches a través del laberinto del cuarto
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en cierta ocasión encontró la puerta
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trancada y tocó varias veces sabiendo
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que sí había tenido el arresto de tocar
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la primera vez tenía que tocar hasta la
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última y al cabo de una espera
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interminable ella le abrió la puerta
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durante el día derrumbándose de sueño
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gozaba en secreto con los recuerdos de
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la noche anterior Pero cuando ella
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entraba en la casa alegre indiferente
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dicharachera él no tenía que hacer
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ningún esfuerzo para disimular su
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tensión Porque aquella mujer cuya risa
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explosiva espantaba a las palomas no
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tenía nada que ver con el poder
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invisible que lo enseñaba a respirar
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hacia adentro y a controlar los golpes
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del corazón y le había permitido
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entender porque los hombres le tienen
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miedo a la muerte
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estaba tan ensimismado que ni siquiera
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comprendió la alegría de todos cuando su
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padre y su hermano alborotaron la casa
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con la noticia de que habían logrado
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vulnerar El cascote metálico y separar
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el oro de Úrsula
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en efecto tras complicadas y
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perseverantes jornadas lo habían
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conseguido
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Úrsula estaba feliz y hasta dio gracias
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a Dios por la invención de la alquimia
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mientras la gente de la aldea se
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apretujaba en el laboratorio y le
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servían dulce de guayaba con galletitas
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para celebrar el prodigio y José Arcadio
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Buendía les dejaba ver El Crisol con el
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oro rescatado como si acabara de
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inventario de tanto mostrarlo terminó
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frente a su hijo mayor que en los
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últimos tiempos apenas se asomaba por el
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laboratorio puso frente a sus ojos el
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mazacote seco y amarillento y le
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preguntó qué te parece José Arcadio
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sinceramente contestó de perro
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su padre le dio con el revés de la mano
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un violento golpe en la boca que le hizo
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saltar la sangre y las lágrimas
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esa noche Pilar ternera le puso
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compresas de árnica en la hinchazón
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adivinando el frasco y los algodones en
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la oscuridad y le hizo todo lo que quiso
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sin que él se molestara para amarlo sin
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lastimarlo lograron tal estado de
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intimidad que un momento después sin
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darse cuenta estaban hablando en
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murmullos quiero estar solo contigo
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decía él un día de estos le cuento todo
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a todo el mundo y se acaban los
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escondrijos ella no trató de apaciguarlo
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Sería muy bueno dijo si estamos solos
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dejamos la lámpara encendida para vernos
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bien y yo puedo gritar todo lo que
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quiera sin que nadie tenga que meterse y
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tú me dices en la oreja todas las
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porquerías que se te ocurran
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esta conversación el rencor mordiente
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que sentía contra su padre y la
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inminente posibilidad del amor
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desaforado le inspiraron una Serena
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valentía
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de un modo espontáneo sin ninguna
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preparación le contó todo a su hermano
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al principio El pequeño Aureliano solo
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comprendía el riesgo la inmensa
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posibilidad de peligro que implicaban
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las aventuras de su hermano pero no
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lograba concebir la fascinación del
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objetivo poco a poco se fue contaminando
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de ansiedad se hacía contar las
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minuciosas peripecias se identificaba
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con el sufrimiento y el gozo del hermano
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se sentía asustado y feliz lo esperaba
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despierto hasta el amanecer en la cama
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solitaria que parecía tener una estera
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de brasas y seguían hablando sin sueño
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hasta la hora de levantarse de modo que
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muy pronto padecieron ambos la misma
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somnolencia sintieron el mismo desprecio
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por la alquimia y la sabiduría de su
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padre y se refugiaron en la soledad
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estos niños andan como surubáticos decía
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Úrsula deben tener lombrices
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les preparó una repugnante pócima de
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paico machacado que ambos bebieron con
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imprevisto estoicismo y se sentaron al
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mismo tiempo en sus bacinillas 11 veces
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en un solo día y expulsaron unos
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parásitos rosados que mostraron a todos
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con gran júbilo porque les permitieron
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desorientar a Úrsula en cuanto al origen
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de sus distraimientos y languideces
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Aureliano no solo podía entonces
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entender sino que podía vivir como cosa
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propia las experiencias de su hermano
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porque en una ocasión en que este
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explicaba con muchos pormenores el
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mecanismo del amor lo interrumpió para
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preguntarle Qué se siente José Arcadio
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le dio una respuesta inmediata es como
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un temblor de tierra un jueves de enero
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a las 2 de la madrugada nació amaranta
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antes de que nadie entrara en el cuarto
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Úrsula la examinó minuciosamente era
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liviana y acuosa como una lagartija Pero
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todas sus partes eran humanas Aureliano
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no se dio cuenta de la novedad sino
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cuando sintió la casa llena de gente
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protegido por la confusión salió en
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busca de su hermano que no estaba en la
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cama desde las 11 y fue una decisión tan
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impulsiva que ni siquiera tuvo tiempo de
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preguntarse cómo haría para sacarlo del
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dormitorio de Pilar ternera estuvo
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rondando la casa varias horas silbando
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claves privadas hasta que la proximidad
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del Alba lo obligó a regresar en el
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cuarto de su madre jugando con la
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hermanita recién nacida y con una cara
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que se le caía de inocencia encontró a
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José Arcadio Úrsula había cumplido
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apenas su reposo de 40 días cuando
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volvieron los gitanos eran los mismos al
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timbanquis y malabaristas que llevaron
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el hielo A diferencia de la tribu de
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melquíades habían demostrado en poco
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tiempo que no eran Heraldos Del Progreso
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sino mercachifles de diversiones
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inclusive cuando llevaron el hielo no lo
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anunciaron en función de su utilidad en
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la vida de los hombres sino como una
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simple curiosidad de circo
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esta vez entre muchos otros juegos de
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artificio llevaban una estera voladora
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pero no la ofrecieron como un aporte
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fundamental al desarrollo del transporte
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como un objeto de recreo la gente desde
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luego desenterró sus últimos pedacitos
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de oro para disfrutar de un vuelo fugaz
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sobre las casas de la aldea
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amparados por la deliciosa impunidad del
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desorden colectivo José Arcadio y Pilar
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vivieron horas de desahogo fueron dos
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novios dichosos entre la muchedumbre y
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hasta llegaron a sospechar que el amor
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podía ser un sentimiento más reposado y
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profundo que la felicidad desaforada
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pero momentánea de sus noches secretas
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Pilar sin embargo rompió el encanto
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estimulada por el entusiasmo con que
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José Arcadio disfrutaba de su compañía
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equivocó la forma y la ocasión y de un
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solo golpe le echó el mundo encima
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Ahora sí eres un hombre le dijo y corno
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el no entendió lo que ella quería
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decirle se lo explicó Letra por letra
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vas a tener un hijo
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José Arcadio no se atrevió a salir de su
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casa en varios días
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le bastaba con escuchar la risotada
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trepidante de Pilar en la cocina para
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correr a refugiarse en el laboratorio
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donde los artefactos de alquimia habían
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revivido con la bendición de Úrsula José
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Arcadio Buendía recibió con alborozo al
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hijo extraviado y lo inició en la
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búsqueda de la piedra filosofal que
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había Por fin emprendido una tarde se
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entusiasmaron los muchachos con la
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estera voladora que pasó veloz al nivel
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de la ventana de laboratorio llevando al
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gitano conductor y a varios niños de la
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aldea que hacían alegres saludos con la
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mano y José radio Buendía ni siquiera la
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miró
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déjenlos Que sueñen dijo nosotros
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volaremos Mejor que ellos con recursos
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más científicos que ese miserable sobre
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camas
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a pesar de su fingido interés José
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Arcadio no entendió nunca los poderes 5
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del huevo filosófico que simplemente le
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parecía un frasco mal hecho no lograba
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escapar de su preocupación
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perdió el apetito y el sueño sucumbió al
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mal humor igual que su padre ante el
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fracaso de alguna de sus empresas y fue
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tal Su trastorno que el propio José
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Arcadio Buendía lo relevó de los deberes
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en el laboratorio creyendo que había
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tomado la alquimia demasiado a pecho
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Aureliano Por supuesto comprendió que la
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aflicción del hermano no tenía origen en
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la búsqueda de la piedra filosofal pero
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no consiguió arrancarle una confidencia
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rabia perdido su antigua espontaneidad
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de cómplice y comunicativo se hizo
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hermético y hostil ansioso de Soledad
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mordido por un virulento rencor contra
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el mundo una noche abandonó la cama como
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de costumbre pero no fue a casa de Pilar
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ternera sino a confundirse con el
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tumulto de la feria después de deambular
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por entre toda suerte de máquinas de
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artificio sin interesarse por ninguna se
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fijó en algo que no estaba en juego una
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gitana muy joven casi una niña agobiada
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de abalorios la mujer más bella que José
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Arcadio había visto en su vida
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estaba entre la multitud que presenciaba
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el triste espectáculo del hombre que se
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convirtió en víbora por desobedecer a
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sus padres José Arcadio no puso atención
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mientras se desarrollaba El triste
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interrogatorio del hombre víbora se
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había abierto paso por entre la multitud
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hasta la primera fila en que se
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encontraba la gitana y se había detenido
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detrás de ella se apretó contra sus
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espaldas la muchacha trató de separarse
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pero José Arcadio se apretó con más
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fuerza contra sus espaldas Entonces ella
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lo sintió se quedó inmóvil contra él
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temblando de sorpresa y pavor sin poder
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creer en la evidencia Y por último
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volvió la cabeza y lo miró con una
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sonrisa trémula en ese instante dos
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gitanos metieron al hombre víbora en su
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jaula y la llevaron al interior de la
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tienda
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el gitano que dirigía el espectáculo
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anunció y ahora señoras y señores vamos
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a mostrar la prueba terrible de la mujer
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que tendrá que ser decapitada todas las
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noches a esta hora durante 150 años como
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castigo por haber visto lo que no debía
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José Arcadio y la muchacha no
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presenciaron la decapitación fueron a la
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carpa de ella donde se besaron con una
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ansiedad desesperada mientras se iban
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quitando la ropa La gitana se deshizo de
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sus corpiños superpuestos de sus
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numerosos pollerines de encaje
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almidonado de su inútil corsé alambrado
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de su carga de abalorios y quedó
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prácticamente convertida en nada era una
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ranita lánguida de senos incipientes y
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piernas tan delgadas que no le ganaban
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en diámetro a los brazos de José Arcadio
00:30:01
Pero tenía una decisión y un calor que
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compensaban su fragilidad
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sin embargo José Arcadio no podía
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responderle porque estaban en una
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especie de carpa pública por donde los
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gitanos pasaban con sus cosas de circo y
00:30:16
arreglaban sus asuntos y hasta se
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demoraban junto a la cama a echar una
00:30:20
partida de dados la lámpara colgada en
00:30:23
la vara central iluminaba todo el ámbito
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en una pausa de las caricias José
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Arcadio se estiró desnudo en la cama sin
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saber qué hacer mientras la muchacha
00:30:32
trataba de alentarlo
00:30:34
una gitana de carnes espléndidas entró
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Poco después acompañada de un hombre que
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no hacía parte de la farándula pero que
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tampoco era de la aldea y ambos
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empezaron a desvestirse frente a la cama
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sin proponérselo la mujer miró a José
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Arcadio y examinó con una especie de
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fervor patético su magnífico animales en
00:30:53
reposo muchacho exclamó que Dios te la
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conserve la compañera de José Arcadio
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les pidió que los dejaran tranquilos y
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la pareja se acostó en el suelo muy
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cerca de la cama
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la pasión de los otros despertó la
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fiebre de José Arcadio
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al primer contacto los huesos de la
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muchacha aparecieron desarticularse con
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un crujido desordenado como el de un
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fichero de dominó y su piel se deshizo
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en un sudor pálido y sus ojos se
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llenaron de Lágrimas y todo su cuerpo
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exhaló Un lamento lúgubre y un vago olor
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de lodo pero soportó el impacto con una
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firmeza de carácter y una valentía
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admirables José Arcadio se sintió
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entonces levantado en vilo hacia un
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estado de inspiración cerámica donde su
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corazón se desbarató en un Manantial de
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obscenidades tiernas que le entraban a
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la muchacha por los oídos y le salían
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por la boca traducidas a su idioma era
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Jueves La noche del sábado José Arcadio
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se amarró un trapo rojo en la cabeza y
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se fue con los gitanos cuando Úrsula
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descubrió su ausencia lo buscó por toda
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la aldea en el desmantelado campamento
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de los gitanos no había más que un
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reguero de desperdicios entre las
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cenizas todavía humeantes de los fogones
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apagados
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alguien que andaba por ahí buscando
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abalorios entre la basura le dijo a
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Úrsula que la noche anterior había visto
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a su hijo en el tumulto de la farándula
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empujando una carretilla con La jaula
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del hombre víbora se metió de gitano le
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gritó ella a su marido quien no había
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dado la menor señal de alarma ante la
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desaparición
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Ojalá fuera cierto dijo José Arcadio
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Buendía machacando en el mortero la
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materia mil veces machacada y
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recalentada y vuelta a machacar así
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aprenderá a ser hombre Úrsula preguntó
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por donde se habían ido los gitanos
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siguió preguntando en el camino que le
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indicaron y creyendo que todavía tenía
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tiempo de alcanzarlos siguió alejándose
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de la aldea hasta que tuvo conciencia de
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estar tan lejos que ya no pensó en
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regresar
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José Arcadio Buendía No descubrió la
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falta de su mujer sino a las 8 de la
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noche cuando dejó la materia
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recalentandose en una cama de estiércol
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y fue a ver qué le pasaba a la pequeña
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amaranta que estaba ronca de llorar
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en pocas horas reunió un grupo de
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hombres bien equipados puso a amaranta
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en manos de una mujer que se ofreció
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para amamantaría y se perdió por
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senderos invisibles en Pos de Úrsula
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Aureliano los acompañó unos pescadores
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indígenas cuya lengua desconocían les
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indicaron por señas al amanecer que no
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habían visto pasar a nadie al cabo de
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tres días de búsqueda inútil regresaron
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a la aldea durante varias semanas José
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Arcadio Buendía se dejó vencer por la
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consternación se ocupaba como una madre
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de la pequeña amaranta la bañaba y
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cambiaba de ropa la llevaba a ser
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amamantada cuatro veces al día y hasta
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le cantaba en la noche las canciones que
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Úrsula nunca supo cantar en cierta
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ocasión Pilar ternera se ofreció para
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hacer los oficios de la casa mientras
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regresaba Úrsula
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Aureliano cuya Misteriosa intuición se
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había sensibilizado en la desdicha
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experimentó un fulgor de clarividencia
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al ver la entrar
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entonces supo que de algún modo
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inexplicable Ella tenía la culpa de la
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fuga de su hermano y la consiguiente
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desaparición de su madre y la acoso de
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tal modo con una callada e implacable
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hostilidad que la mujer no volvió a la
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casa el tiempo puso las cosas en su
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puesto José Arcadio Buendía y su hijo no
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supieron en qué momento estaban otra vez
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en el laboratorio sacudiendo el polvo
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prendiendo fuego a lanor entregados una
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vez más a la paciente manipulación de la
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materia dormida Desde hacía varios meses
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en su cama de estiércol hasta amaranta
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acostada en una canastilla de mimbre
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observaba con curiosidad la absorbente
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labor de su padre y su hermano en el
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cuartito enrarecido por los vapores del
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mercurio en cierta ocasión meses después
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de la partida de Úrsula empezaron a
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suceder cosas extrañas
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un frasco vacío que durante mucho tiempo
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estuvo olvidado en un armario se hizo
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tan pesado que fue imposible moverlo
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una cazuela de agua colocada en la mesa
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de trabajo hirvió sin fuego durante
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media hora hasta evaporarse por completo
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José Arcadio Buendía y su hijo
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observaban aquellos fenómenos con
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asustado alborozo sin lograr
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explicárselos pero interpretandolos como
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anuncios de la materia un día la
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canastilla de amaranta empezó a moverse
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con un impulso propio y dio una vuelta
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completa en el cuarto ante la
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consternación de Aureliano que se
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apresuró a detenerla pero su padre no se
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alteró puso la canastilla en su puesto y
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la amarró a la pata de una mesa
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convencido de que el acontecimiento
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esperado era inminente fue En esa
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ocasión cuando Aureliano le oyó decir si
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no temes a Dios temele a los metales de
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pronto Casi cinco meses después de su
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desaparición volvió Úrsula llegó
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exaltada rejuvenecida con ropas nuevas
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de un estilo desconocido en la aldea
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José Arcadio Buendía apenas sí pudo
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resistir el impacto era esto gritaba yo
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sabía que iba a ocurrir
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y lo creía de veras porque en sus
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prolongados encierros mientras
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manipulaba la materia rogaba en el fondo
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de su corazón que el prodigio esperado
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no fuera el hallazgo de la piedra
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filosofal ni la liberación del soplo que
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hace vivir los metales ni la Facultad de
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convertir en oro las bisagras y
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cerraduras de la casa sino lo que ahora
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había ocurrido el regreso de Úrsula pero
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ella no compartía su alboroso le dio un
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beso convencional como si no hubiera
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estado ausente más de una hora y le dijo
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asómate a la puerta José Arcadio Buendía
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tardó mucho tiempo para restablecerse la
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perplejidad cuando salió a la calle y
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vio la muchedumbre no eran gitanos eran
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hombres y mujeres como ellos de cabellos
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lacios y piel parda que hablaban su
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misma lengua y se lamentaban de los
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mismos Dolores
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traían mulas cargadas de cosas de comer
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carretas de bueyes con muebles y
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utensilios domésticos puros y simples
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accesorios terrestres puestos en ventas
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sin aspavientos por los mercachifles de
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la realidad cotidiana
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venían del otro lado de la ciénaga a
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Solo dos días de viaje Donde había
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pueblos que recibían el correo todos los
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meses y conocían las máquinas del
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bienestar Úrsula no había alcanzado a
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los gitanos pero encontró la ruta que su
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marido no pudo descubrir en su frustrada
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búsqueda de los grandes inventos
