Globalización en la crisis - Ganadores y perdedores en la migración (2/2) | DW Documental

La globalización alguna vez fue vista como un camino hacia la prosperidad global y la paz, sin embargo, no ha garantizado la igualdad de oportunidades. Aunque el comercio se ve beneficiado, las personas enfrentan barreras. En España, la demanda de trabajo en la agricultura crece, pero no todos son bienvenidos, y muchos migrantes desde Senegal enfrentan dificultades debido a la codicia global y a la sobrepesca de barcos extranjeros. Mientras que China emerge como ganadora en la competencia global, muchos inmigrantes africanos arriesgan sus vidas para buscar mejores oportunidades en Europa.

En 2014, se intensificó la competencia laboral en Almería debido a la crisis económica, donde inmigrantes y españoles compitieron por trabajos agrícolas. Aunque los salarios son bajos, las ayudas del gobierno y trabajos ilegales los superan. Almería es un destino codiciado por los inmigrantes que huyen de condiciones desfavorables en sus países, quienes a menudo viven en infraviviendas. La pandemia detuvo las migraciones, pero ahora han reiniciado, apuntando a las oraciones como cruciales durante los peligrosos viajes. El proceso para obtener empleo y residencia es complicado y la economía informal prospera debido a explotaciones laborales.

Migrantes luchan por integrar la sociedad española, buscando oportunidades en sectores más allá de la agricultura. Los inmigrantes suelen encontrar dificultades para conseguir trabajo legalmente y a menudo enfrentan explotación hasta regularizar su situación. Aquellos en proceso de regularizar su estatus intentan acceder a formaciones para ampliar opciones laborales, sin embargo, enfrentan desafíos en la adaptación. Dependiendo de ayudas municipales, algunos logran estabilidad laboral tras años de espera.

Migrantes en España, como Samba de Senegal, viven en condiciones precarias, compartiendo viviendas con otros migrantes y trabajando en el sector informal. A menudo son víctimas de explotación laboral y carecen de derechos de propiedad sobre sus viviendas precarias. A pesar de las difíciles condiciones de vida, muchos persisten en su búsqueda de trabajo, enfrentando altos niveles de informalidad económica. Resilientes, algunos trabajan hacia la regularización para mejorar sus condiciones de vida.

La explotación pesquera en Senegal por parte de flotas extranjeras erosiona los recursos de pesca locales, obligando a comunidades a buscar sustento en la migración. Barcos europeos y asiáticos violan acuerdos, pescando excesivamente y disminuyendo un recurso vital para la subsistencia de miles de senegaleses. La falta de pesca impacta negativamente comunidades costeras, reduciendo su capacidad de venta local e internacional. El costo de migrar es alto, pero muchos prefieren arriesgar un peligroso viaje marítimo con tal de encontrar un futuro fuera de Senegal.

La sobreexplotación de recursos naturales por empresas multinacionales, aliado al cambio climático, ha perjudicado la agricultura en Senegal, alejando a los agricultores hacia la pesca debido a la escasez de tierras cultivables. La migración es vista como una solución por muchos, quienes buscan mejores oportunidades en Europa. Sin embargo, mientras los recursos pesqueros son saqueados, los agricultores se convierten en pescadores, exacerbando la competencia en un mar empobrecido.

La frustración económica lleva a jóvenes senegaleses aspirantes a migrantes a considerar rutas clandestinas hacia Europa, pese al alto costo y riesgo. Muchos, altamente calificados, enfrentan la ‘fuga de cerebros’, afectando la competitividad económica de Senegal. La desesperación es tal que algunos, como un estudiante de derecho, se sienten mentalmente abatidos, percibiendo la migración como la única opción viable para aprovechar su educación y obtener ganancias necesarias para regresar a casa en mejores condiciones.